El blog de los sueños y el descanso

Seguro que alguna vez te han recetado que “cuentes ovejas” como remedio para combatir el insomnio. Pero, ¿realmente funciona esta práctica?

Investigadores del sueño han querido descubrir si contar ovejas es eficaz a la hora de ayudar a conciliar el sueño o si, por el contrario, no lo es. Según un estudio que realizaron hace varios años expertos de la Universidad de Oxford, y que se encuentra publicado en la revista Behavior Research and Therapy, se ha confirmado que este antiguo remedio de contar ovejas realmente no nos ayuda a dormir.

Durante el experimento, analizaron el tiempo que tardaban en dormirse las 50 personas que participaban en el estudio y que tenían problemas de sueño. Estas fueron divididas en 3 grupos: el primero debía contar ovejas para tratar de dormir, el segundo tenía que imaginarse escenas relajantes y el tercero podía escoger sus propios métodos para caer en brazos de morfeo.

Tras el análisis se confirmó que el primer grupo, que tenía que contar ovejas, tardaba una media de 20 minutos más en dormirse que el resto de participantes. Por su parte quedó demostrado también el efecto sedante que tiene imaginarse escenas relajantes a la hora de dormir.

Así que ya sabéis, en vez de contar ovejas, hay que imaginarse dando un paseo por la playa, caminando en un campo de trigo, flotar entre las nubes, escuchando el canto de un pájaro, etc… Y, dormiréis como angelitos.  

La práctica de dormir con el lactante conlleva polémica desde hace mucho tiempo. La mayoría de los pediatras recomiendan que el recién nacido duerma en su cuna y que no comparta cama con los padres u otros niños durante el sueño. En cambio, existe un movimiento a favor de que que madres e hijos compartan la cama puesto que, como estos defienden, el colecho aporta beneficios para ambos. Por ejemplo, dormir en la misma cama favorece el amamantamiento, facilita la sincronización del ciclo de sueño de la madre con el del bebé, ayuda a los bebés a dormirse más fácilmente y a dormir durante más horas.

Sin embargo, la otra cara de la moneda es que compartir cama aumenta el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante. Bien es cierto que  sólo en EEUU mueren cada año más de 2.000 bebés por esta causa , según los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Es por ello que, en algunos países como EEUU, se recomienda a los padres no dormir con su bebé en la misma cama. Sin embargo, existen casos como ocurre en el Reino Unido y Australia, que esta recomendación se limita a padres fumadores o consumidores de alcohol, puesto que se les considera causantes de más situaciones de asfixia para el pequeño. Ahora, el mayor estudio hasta la fecha muestra que el riesgo se multiplica en todos los casos, no sólo para progenitores fumadores o consumidores de alcohol.

Los casos de muerte súbita del lactante pueden reducirse llevando a cabo una serie de consejos: asegurarse de que el lactante se encuentre siempre boca arriba y compartir cama únicamente para amamantarlo o darle cariño pero después el bebé debe dormir en  su propia cuna.

Si te interesa puedes leer estas recomendaciones para que nuestro bebé duerma sólo. 

¿Cual es tu rincón favorito de tu hogar?

Seguro que muchos de vosotros decís que la habitación y concretamente la cama de cada uno. Esta respuesta es la más común puesto que pasamos un tercio de nuestra vida sobre el colchón. Como pasamos tanto tiempo en la habitación donde dormimos, es normal que nos sintamos cómodos y realmente a gusto allí.

Tanto es el confort que nos ofrece la cama y el entorno que muchos acostumbran a pasar más tiempo del necesario en el dormitorio. En ocasiones se tiene la costumbre de utilizar la cama, además de para dormir y el sexo, para ver la televisión, leer, escuchar música, estudiar e incluso trabajar con el ordenador o la tablet.    

Sin embargo, se ha comprobado que tener el hábito de realizar todas estas tareas en la cama es perjudicial para la higiene del sueño de las personas. Al parecer, el hecho de asociar actividades que fomentan el estado de vigilia con nuestro colchón crea insomnio y problemas para dormir. Aproximadamente el 50% de la población sufre insomnio, al menos una vez en la vida, y puede estar causado por diferentes factores.

Como hemos estado comentando anteriormente, uno de ellos es el hecho de realizar más actividades de las básicas en la cama. Por ello, los especialistas en sueño recomiendan que la cama se destine principal y especialmente al sueño, eliminando por completo el hábito de realizar tareas con aparatos electrónicos de luz artificial en ellas.

Si te interesa, puedes leer otros artículos relacionados sobre Internet, redes sociales y tecnología móvil como enemigos del sueño y la luz como enemiga del sueño.

A la hora de dormir y para conseguir un descanso totalmente reparador, necesitamos que se cumplan ciertas pautas. En el caso de que no se cumplan, cualquiera de los factores como: el ruido, la luz y/o la temperatura, podrían afectar negativamente al descanso del durmiente e impedir que se recupere toda la energía desgastada. Cuando hablamos de temperatura nos referimos a la ambiental de la habitación, que debe oscilar entre los 18 y 21 grados, y también a la corporal. Aunque con la bajada de temperaturas es normal que, en ocasiones, tengamos los pies más fríos que el resto del cuerpo, debemos procurar que esto no interrumpa nuestro sueño.

Recordemos que, si no se duerme bien, disminuye la agilidad mental, la capacidad de concentración y de memoria y aumentan los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares. Además, por si fuera poco, el estado de ánimo empeora y sufrimos estrés y ansiedad.

Por ello es importante que, a la hora de dormir, se tenga y se mantenga una temperatura idílica en todo el cuerpo que no perturbe el descanso. 

Entonces, ¿Qué hay que tener en cuenta? Primero que nada debes saber que, mientras dormimos, nuestro cerebro intenta mantener una temperatura constante y unánime en todo el cuerpo, un poco más baja que la que tenemos durante el día. Y, dificultamos su tarea si tenemos los pies fríos o los sacamos de la cama. La sensación de frío en las extremidades puede provocar despertares durante la noche. Por ello, es importante mantenerlos calientes usando calcetines o dándose un baño caliente antes de acostarse.  

En el caso de que la sensación de tener los pies fríos, incluso durante la época de más calor, perdura en el tiempo, se debe consultar con el especialista.

¡Felices sueños!

Los españoles estamos acostumbrados a dormir con poca luz en la habitación. A algunos les gusta bajar por completo la persiana y estar en la habitación completamente a oscuras. Otros prefieren dejarla medio levantada, o medio bajada, para que entren unos pequeños rayos de luz. Cada uno con sus preferencias. Sin embargo, la existencia de persianas no es nada común en el Reino Unido, países nórdicos, América ni Canadá. En estos lugares están totalmente acostumbrados a vivir sin persianas y, en el mejor de los casos, se colocan cortinas ligeramente tupidas para limitar la entrada de la luz y salvaguardar la intimidad de cada uno.

Hoy en día, uno de los mayores problemas que están sufriendo a la hora de dormir todos aquellos que emigran y deciden empezar una nueva vida fuera de España, es el acostumbrarse a vivir sin persianas. La rutina española de cenar y acostarse tarde junto con la hora temprana a la que amanece en el extranjero, impiden que se descanse correctamente durante los primeros meses. Naturalmente, todo cambio lleva un proceso de adaptación y, la rapidez del mismo, responde a las características de cada uno.

Existen soluciones para conseguir dormir en la oscuridad en los países de fuera: unos apuestan por las cortinas bien tupidas, otros por los antifaces y, otros por agudizar el ingenio y tapar las ventanas con cartones, cuadros o bolsas de basura. En el caso de utilizar antifaz debes cerciorarte de que no aprieten, que sean suaves y resulten cómodos, así conseguirás relajarte y dormir mejor.    

Otra para poder mejorar el sueño en estos casos es cambiar la rutina de sueño y adaptarla a la vida típica del extranjero. Es decir, cenar y acostarse bastante más pronto y despertar también más temprano. Pero en cualquiera de los casos siempre respetando las ocho horas de sueño recomendadas para recuperar la energía desgastada durante el día.

Si trabajas durante noche y tus horarios de sueño son diferentes a los comunes, puedes leer estos consejos para dormir cuando trabajas de noche.