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El blog de los sueños y el descanso

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¿A favor o en contra del colecho?

¿El colecho, que los niños compartan cama con sus padres, o que duerman solos? Está cuestión ha dado mucho que hablar. Por una parte tenemos defensores del colecho y por otra, partidarios de que los niños se acostumbren a dormir solos desde bien pequeños. Cada práctica tiene sus pros y sus contras pero no existe una verdad absoluta que dicte qué método es mejor que otro.

En primer lugar, uno de los mayores defensores de la independencia de camas a la hora de dormir es el doctor Eduard Estivill, especialista en medicina del sueño y descanso. Estivill ha escrito numerosos libros donde describe y defiende su método para enseñar a dormir solos a los más pequeños de la casa. El método Estivill consta principalmente de unas pautas que deben llevar a cabo los padres para construir una determinada rutina del sueño. Algunas de esas pautas son: acostumbrar a los niños a dormir en su habitación y cama propia, crear el ambiente adecuado para el descanso (sin luz y sin ruidos) y no acudir inmediatamente al primer llanto del niño, sino dejar que llore durante un rato para observar cual es su evolución. El doctor defiende que estas prácticas aumentan la seguridad del niño y les permite dormir mejor sin necesitar la atención constante de sus padres. Estas prácticas, asegura Estivill, ayudan al pequeño a conciliar el sueño cuando tiene que dormir en otras casas o se va de campamento con el colegio, por ejemplo.

Además, debemos tener en cuenta los datos ofrecidos por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades que indican que sólo en EEUU mueren cada año más de 2.000 bebés por riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante, que aumenta al compartir cama con los padres. Para evitar que estas cifras sigan aumentando, los especialistas recomiendan que se aseguren de que el bebé se encuentra siempre boca arriba y que se comparta cama únicamente para amamantarlo o darles cariño durante un período breve de tiempo.

Sin embargo, la otra cara de la moneda viene de la mano del doctor especialista en pediatría Carlos González y autor de varios libros sobre crianza, alimentación y salud infantil. En este caso, se entiende el colecho como la mejor práctica de sueño para el niño y la madre. El doctor González defiende firmemente el hecho de que se comparta la cama puesto que ambos, madre e hijo, duermen más relajados y tranquilos. Además, se puede consolar al bebé si llora y amamantarlo sin tener que levantarse de la cama ni despejarse completamente.

Ahora bien, ¿Quién tiene razón? ¿Qué práctica es mejor? Tal vez lo más conveniente es encontrar el equilibrio entre ambas teorías y evitar los radicalismos. Por ejemplo, dormir con el bebé para amamantarlo y darle cariño durante un tiempo, disponer de un buen colchón de cuna cerca de la cama de los padres y poco a poco acostumbrarlo a dormir en su propia habitación, aunque al principio les cueste y lloren.

Y a ti, ¿Qué práctica te convence más?

 

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