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El blog de los sueños y el descanso

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¿Por qué le cuesta dormir a mi bebé?

Nadie nace sabiendo sino que, como todo el vida, a dormir bien se aprende.

A algunos bebés puede que les cueste dormir y como consecuencia despiertan constantemente cada cierto tiempo. Los malos hábitos del sueño de los pequeños puede darse como consecuencia de alguna de estas causas:  

 

1. Alimentación contínua durante el día. Si se convierte en rutina darle pequeñas tomas a los bebés cada vez que lloran pueden acostumbrarse malamente a recibir cariño y atención de sus padres siempre que lo hagan. Esto puede provocar que pidan comida durante la noche simplemente para estar en contacto con la madre y recibir seguridad o su calor.

2. Darle una toma al niño antes de dormir. Este caso está relacionado con el anterior. Si el bebé asocia el biberón o el mamar como una práctica para dormirse, puede que necesite volver a tomar para soñar de nuevo.  

3. Dormirse en los brazos de los padres. Es habitual acunar al niño o abrazarlo para calmarlo cuando llora. Sin embargo, si lo hacemos hasta que se duerma, aunque no llore, impedimos que el bebé asocie el colchón con el sueño y será muy difícil que éste se duerma sin necesitar el apoyo de los padres. Y naturalmente, será más complicado que vuelvan a dormirse por sí solos en el caso de despertarse a mitad noche.

4. Necesidad de contacto continuo con la madre. Los bebés de hasta dos años demandan el contacto y el cariño que les ofrece la madre continuamente. Esto es así porque a su lado se sienten seguros y tranquilos. Cuando llega la noche esta necesidad se acentúa puesto que saben que dormir significa separarse durante un tiempo de ella.

5. Excesiva atención durante la noche. Si cada vez que despierta el bebé acuden los padres a darles cariño, acunarle o abrazarle, le costará dormirse otra vez sin esa atención por sí solo.

6. Dormir demasiado durante el día. Si el bebé hace muchas siestas durante el día, o duerme más horas de las necesarias, le resultará complicado tener sueño al llegar la noche. Es fundamental que el bebé descanse por el día, pero hay que procurar que no duerma más de lo preciso para tener sueño de noche.

7. Dormir en la misma habitación. Esta práctica tiene sus ventajas y desventajas. Uno de los contras es que fomenta que bebé duerma durante menos horas seguidas porque sabe que, al tener a los padres tan cerca, puede despertarlos fácilmente y obtener su atención.

 

Los responsables de los hábitos de sueño, cuando son tan pequeños, son los padres. Y, cuanto más acostumbrados están a ciertas rutinas, más complicado es cambiarlos. Por ello, es importante cuidar la higiene del sueño y enseñarles a dormir bien desde el primer día. Aunque pueda resultar difícil, hay que poner todo el empeño y las normas necesarias para conseguir unos buenos hábitos de sueño que le permitan desarrollarse física y mentalmente como es debido.

 

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Fuente: GuíaInfantil.com

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