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El blog de los sueños y el descanso

sombra

El momento más deseado para los niños, cuando llega el verano, tal vez es cuando en la escuela cuelgan el cartel de “cerrado por vacaciones”. Eso significa que empieza la época de relax, dormir más, piscina, playa, televisión, amigos y menos deberes. Al igual que los adultos, ellos también necesitan sus vacaciones y su tiempo para disfrutar de otras actividades. No obstante, si no se lleva bien, el cambio en la rutina diaria puede mostrar su lado menos simpático: enfados, irritabilidad, nervios, aburrimiento, etc… Para evitar esta situación es necesario llevar a cabo unas pautas determinadas. A continuación, os explicamos cuales.

Seguro que alguna de las siguientes frases de resultan familiares: “en vacaciones comen peor”,  “en vacaciones duermen menos” o “en vacaciones se portan más mal”, ¿Verdad? Lo cierto es que, como hemos comentado anteriormente, para disfrutar al máximo de las vacaciones es necesario mantener ciertas rutinas, principalmente de sueño y de alimentación también.

En vacaciones, al igual que durante el resto del año, se recomienda continuar con los hábitos de sueño saludables que permitan que el niño descanse las horas que necesite y disfrute de un sueño totalmente reparador. De esta manera podrá recuperar los niveles de energía que necesita para pasarlo en grande cada día y crecer fuerte y sano. Sin embargo, en verano son muchos los factores que pueden impedir que el pequeño de la casa pueda dormir tranquilamente. El ruido ambiental, el viaje, cambiar de domicilio, el calor, etc.. son algunos de ellos. A continuación os damos algunos consejos para mantener una buena higiene de sueño durante las vacaciones:

 

Horarios de sueño: durante el verano, es fundamental que los niños vayan a la cama y se acuesten siempre a la misma hora. No es necesario seguir estrictamente el horario de invierno, pero se debe evitar que se acuesten mucho más tarde de lo que solían hacerlo durante el resto del año. Además, el horario de sueño tiene que respetar las 8 u 9 horas mínimas que necesita para recuperarse y sentirse bien al día siguiente.

Rutina del sueño: para poder dormir bien, primero que nada es fundamental que el niño gaste energía durante el día y aprovechar la noche para relajarse y dormir. De esta manera se recomienda cenar pronto y prepararse para dormir. Se recomienda seguir siempre unos rituales previos al sueño: relajación, leerle un cuento, lavarse los dientes, colocarse el pijama, etc.. Saber lo que hay que hacer en cada momento le proporciona una seguridad adecuada para dormir mejor.

Dormitorio fresco: para evitar el exceso de calor durante el sueño se recomienda ventilar cada día la habitación del pequeño, cambiar las sábanas regularmente y bajar las persianas durante las horas que más sol hace, para evitar que aumente la temperatura en la habitación. Con esta sencilla práctica se obtiene un dormitorio más fresco y el mejor ambiente para descansar.

Aislarse del ruido exterior: en vacaciones, el ruido exterior aumenta considerablemente, sobretodo en zonas de mayor turismo. Para evitar que ello empeore la calidad del sueño del pequeño es necesario aislar el ruido lo máximo posible (habitaciones insonorizadas, ambientes tranquilos, etc…). De esta manera el niño dormirá mejor cada noche y ello le permitirá disfrutar de las vacaciones.

Descanso durante el día: hasta los cuatro años aproximadamente, el niño necesita una siesta de entre una y dos horas. Este descanso le permite reponer energías y seguir jugando o realizando cualquier otra actividad. De esta manera también se consigue que las vacaciones no se conviertan en un periodo de cansancio más que de descanso. Para ello, permite que el niño haga una siesta después de comer durante un ratito.

Evitar el sedentarismo: vacaciones no es sinónimo de no hacer nada. Los niños tienen mucha energía y necesitan gastarla realizando actividades diversas. En verano pueden nadar, jugar con los amigos, realizar deberes de vacaciones, leer, etc… También son una buena época para aprovechar y hacer actividades toda la familia junta. De esta manera, al llegar la noche, el niño dormirá mucho mejor.

Sentirse como en casa: si acostumbráis a cambiar de residencia durante el verano, trata de que el niño se sienta tan cómodo como en su habitación habitual para evitar problemas de sueño. Si suele dormir con un peluche determinado, chupete o cualquier otro, asegúrate de que os lo lleváis de viaje también. Y, si tiene problemas de sueño, no te olvides de ofrecerle cariño y apoyo siempre que lo necesite para que pueda dormir como se merece.

Apetito: Respecto a las comidas, es probable que en verano, por el calor, coman menos cantidad y/o más despacio. Lo que podemos hacer es tratar de entendernos y no ponerse nervioso, darles más tiempo y aprovechar los picoteos sanos. Por otra parte, se recomienda tratar de cambiar ligeramente el estilo de comida y decantarse por comida fresca, fácil de digerir y realizar una una sobremesa. Si al llegar la noche, el niño tiene hambre al tiempo de haber cenado, es recomendable que tome un pequeño bocado antes de acostarse para evitar que el sentirse hambriento le impida dormir bien. Ten a mano una selección de aperitivos saludables para dárselos cuando se produzca esta situación: queso, yogurt, un vaso de leche con galletas, etc..

Siguiendo estos consejos, el niño podrá dormir perfectamente durante el verano y se sentirá y se portará mucho mejor. Pues, como sabéis, el descanso es salud y salud es felicidad.


¡Felices sueños! Y, ¡Felices vacaciones!

 

Rutina de sueño infantil para dormir bien en vacaciones

Foto: homeaway.es

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El ritmo de vida actual, la presión, el estrés, la ansiedad, la mala alimentación, los excesos, el tabaco, el alcohol, entre otros, son algunas de las principales causas que pueden producir graves problemas de sueño. Estas enfermedades del sueño afectan a gran parte de la población, concretamente a casi el 45% de los durmientes de todo el mundo. Los primeros puestos en el ranking lo ocupan el insomnio, la narcolepsia y la apnea, aunque otros como la fatiga crónica, sonambulismo, pesadillas y terrores nocturnos, les siguen muy de cerca. La Sociedad Española de Sueño calcula que los tres primeros trastornos del sueño afectan a unos ocho millones de españoles. Y, en el caso de la apnea del sueño, sin un diagnóstico a tiempo, puede acabar por fomentar la aparición de otros problemas muy graves de salud. Por ello, es fundamental acudir al médico cuanto antes.

¿Qué es la apnea del sueño?

La apnea del sueño es un trastorno del sueño que genera una o más pausas en la respiración del durmiente, o bien respiraciones muy ligeras mientras se está intentando conciliar el sueño.

Como norma general, estas pausas suelen durar unos pocos segundos que pueden convertirse en varios minutos en el peor de los casos. Normalmente, aparecen un número de entre 5 y 30 veces durante cada hora del sueño, o incluso pueden darse más. En los casos más severos, pueden darse hasta 210 apneas durante el sueño. Después de cada pausa en la respiración, se vuelve al estado normal, en muchas ocasiones mediante un fuerte ronquido.

Este trastorno del sueño suele presentarse como algo crónico, que dificulta el hecho de conciliar el sueño adecuadamente. El durmiente que sufre apnea pasa de tener un sueño profundo a tener un sueño ligero cada vez que su respiración cesa. Por tanto, obviamente, no consigue alcanzar un sueño totalmente reparador durante la noche. Como consecuencia de la falta de sueño, el individuo se siente cansado y con excesiva somnolencia durante el día, lo que puede traducirse en falta de concentración y mayor dificultad para desempeñar las tareas propias del día a día.

Se calcula que la apnea del sueño es un trastorno que afecta entre un 4% y 8% de la población adulta española. ¿Cómo podemos detectar la apnea? Por lo general, los durmientes que la sufren, no se dan cuenta de las paradas respiratorias que sufren durante el sueño. Una señal para detectarla son los ronquidos, fuertes y abundantes. Normalmente, el propio durmiente no es consciente de los ronquidos, por ello debe ser el acompañante quien lo detecte. Otra manera de detectarlo es el cansancio. Cuando el individuo se siente muy cansado durante el día y tiene la necesidad de dormirse, puede ser un claro síntoma de estar sufriendo apnea del sueño. Otro síntoma sería mostrar un mal humor generalizado y también la falta de concentración para poder realizar las tareas del día a día. Por último, otra forma para detectar la apnea del sueño es el hecho de levantarse normalmente con la “boca algo pastosa”. En el momento en que se detecta alguno de estos síntomas, debe consultar con su médico para obtener un diagnóstico claro.

La gravedad de este trastorno del sueño va más allá de los ronquidos, por ello es necesario acudir al médico en cuanto antes. Los principales problemas a largo plazo derivados de la apnea del sueño van desde la posibilidad de sufrir un accidente de tráfico o laboral hasta la posibilidad de sufrir un ataque al corazón. También se relaciona este trastorno con la diabetes o la hipertensión. Además, los síntomas pueden agravarse considerablemente si se tiene sobrepeso. Son muchos los casos en los que se ha conseguido dormir mejor y roncar menos cuando se ha perdido peso. Por su parte, según los estudios realizados por la Sociedad Española de Neurología (SEN) han detectado una posible relación entre la apnea del sueño con el desarrollo del Alzheimer. "Los trastornos respiratorios del sueño suelen generar lesiones vasculares que a la larga pueden ser una causa de demencia", así lo explica uno de los investigadores.

¿Hay tratamiento? Existen algunos tratamientos eficaces para pacientes con apnea del sueño. Pero, en todo caso se recomienda, como hemos comentado anteriormente, ponerse en manos del médico en cuanto antes. Ten en cuenta que, una vez se le pone nombre a la enfermedad, es más fácil lidiar con ella. Algunos de los tratamientos más eficaces son:

  1. Cuidarse, mantener una dieta equilibrada y evitar el sobrepeso, para lograr una mejor respiración y reducir los problemas de pausas en las vías respiratorias.
  2. Hacer ejercicio regularmente para permitir que los pulmones se vuelvan más fuertes y funcionen mejor.
  3. Evitar el tabaco, el alcohol y también el uso de pastillas para conciliar el sueño.
  4. Dormir de costado y tratar de no hacerlo nunca boca arriba para calmar la presión referente a la vía respiratoria.

Otro de los tratamientos más comunes, además de las pautas mencionadas anteriormente, es el uso de una mascarilla para dormir con el fin de abrir las vías respiratorias y así evitar las apneas durante el sueño. Algunos de los pacientes necesitan un tiempo para acostumbrarse a usarla, pero con un poco de voluntad se consigue fácilmente. Además, la considerable mejora en la calidad de vida lo hace aún más llevadero. De esta manera se consigue una vida totalmente normal.

Por último, hemos comentado que normalmente, la apnea del sueño se dá en adultos. No obstante, suele darse también en niños más pequeños. Se cree que un porcentaje entre el 2 y el 4% de menores sufren apneas del sueño. Y, la situación empeora en los casos en los que se sufre de obesidad infantil. Para detectar estos casos se debe estar atentos a los mismos síntomas que hemos comentado anteriormente: ronquidos fuertes, excesivo cansancio diurno, dificultad de concentración y aprendizaje, etc… En muchos casos, la apnea del sueño puede curarse con una operación de amígdalas. Aunque siempre es el médico el que debe dictar el cual es el tratamiento más adecuado en cada caso.

Combatir la apnea del sueño

Fuente: salud.practicopedia.lainformacion.com

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El descanso, la alimentación y el deporte son los principales pilares para llevar y mantener un estilo de vida saludable a todas las edades. Especialmente en el caso de los niños es fundamental disponer de unos hábitos sanos para que crezcan fuertes y, evitar futuros problemas de salud conforme avance la edad. Si alguno de los pilares mencionados anteriormente se tambalea, aumenta considerablemente el riesgo de sufrir enfermedades que impidan disfrutar de una buena salud.

El sueño, la dieta y el hecho de practicar deporte regularmente son también la clave para evitar el sobrepeso y problemas de obesidad infantil. Preocupantemente en España, un 44,5 por ciento de los niños de 6 a 9 años sufren esta enfermedad, según confirman los datos ofrecidos por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) y la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD). En otros países también han aumentado el total de menores con sobrepeso, concretamente, ha aumentado el porcentaje del 16,9% al 23,8% en niños, y del 16,2% al 23,8% en niñas. En general, en todo el mundo, la tasa de niños con exceso de peso ha crecido aproximadamente la mitad desde 1980 hasta hoy, según el nuevo estudio publicado en Lancet. ¿Cómo cambiar la situación?, ¿Qué pautas deben seguir los niños para crecer sanos?

Según los expertos, gracias a los resultados obtenidos durante los estudios llevados a cabo sobre la materia, las claves para evitar el sobrepeso y la obesidad infantil son las siguientes: dormir las horas necesarias y desayunar correctamente cada mañana. Así lo confirma el estudio realizado por el Ministerio de Sanidad hace unos años, llamado “Aladino”. Los resultados obtenidos desvelaron que únicamente el 3.8 por ciento de los niños tomaba un desayuno completo y sano todas las mañanas al levantarse. Y, observaron que los pequeños que presentaban un mayor peso, no desayunaban nunca o únicamente lo hacían unos ciertos días a la semana. Sin tener una rutina definida.

Como vemos, es importantísimo que los niños tomen un desayuno completo cada día al levantarse. Pero, ¿Qué debe contener dicho desayuno? Los expertos recomiendan que incluya un lácteo, cereales y una fruta o zumo natural. Para obtener todos los beneficios es recomendable que el desayuno contenga todos y cada uno de los elementos anteriormente descritos. No basta con tomar únicamente un vaso de leche o una pieza de fruta, como solían hacer un gran porcentaje de los niños que formaron parte del estudio en cuestión.

Además de la alimentación, el sueño es otra de las claves fundamentales para poder mantener un estilo de vida saludable y disfrutar del más óptimo estado de salud. El estudio al que nos referimos reveló que las horas de sueño están estrictamente relacionadas con el peso de los niños. ¿Cómo? Al parecer, la relación es la siguiente: a menos cantidad de sueño más exceso de peso. Según los expertos, es recomendable que los niños duerman cada noche, un mínimo de 8 horas, o incluso varias horas más, porque su desgaste energético durante el día suele ser bastante significativo. Los datos concretos del estudio revelaron que el 60% de los menores que dormía cada noche menos de 8 horas, tanto entre semana como en fines de semana, sufrían exceso de peso u obesidad.

Otros estudios también han relacionado el sueño con problemas de peso. Según los resultados obtenidos por otros investigadores se ha comprobado que cuando dormimos mal, solemos comer más y peor al día siguiente, eligiendo comidas más grasientas y menos saludables. De esta manera, cuando no se tiene una higiene del sueño adecuada, es muy fácil aumentar de peso rápidamente. Puedes leer más sobre ello en el artículo: Dormir mal sinónimo de comer mal.

Para poder conseguir una buena higiene del sueño y disfrutar del sueño totalmente reparador que les permite crecer fuertes y sanos, es necesario seguir las siguientes pautas:

  1. Tener un horario fijo de sueño que respete las horas que cada niño necesita dormir, como mínimo ocho horas.
  2. Seguir una rutina eficaz, que ayude a preparar el cuerpo y la mente para el sueño.
  3. Disponer de un equipo de descanso adecuado para la edad del niño. En este caso, lo más recomendado es tener un colchón infantil que disponga de la firmeza y adaptabilidad necesarios para el correcto desarrollo y descanso de los más pequeños de la casa.   
  4. Evitar la luz y el ruido durante las horas en las que el niño está durmiendo. Además, es necesario que el dormitorio esté siempre limpio, bien ventilado y sea un lugar que invite a dormir.
  5. Mantener una alimentación sana y cenar varias horas antes de que sea la hora de irse a la cama. Se debe consumir un mínimo de tres piezas de fruta al día, varias piezas de verduras en las principales comidas del día así como legumbres, de 2 a 3 veces por semana. También se recomienda el consumo de cereales y pescado azul y blanco para completar la dieta.
  6. No realizar actividades excitantes antes de irse a dormir, como por ejemplo, jugar a la consola, ver la televisión, realizar actividad física, etc..
  7. Evitar el sedentarismo y ejercitar el cuerpo diariamente pero, como acabamos de comentar, no antes de irse a la cama.
  8. Y, por último, los padres deben evitar a toda costa fumar cerca de sus hijos. Según el estudio al que nos hemos referido a lo largo del artículo, se observó que los niños que no tenían padres fumadores disfrutaban con de un mejor peso. Mientras que, en las familias de padres fumadores, un 19,5% de los niños presentaban problemas de peso.

Esperamos que estos consejos os sirvan de ayuda. Y, ¡Dulces sueños!

 

Dormir y desayuna bien son la clave para evitar el sobrepeso infantil

Fuente: www.que.es

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En ocasiones, paradójicamente, la noche esconde grandes inconvenientes para poder dormir. Según los datos de un estudio realizado por Oi2 se confirma que uno de cuatro españoles no consigue conciliar el sueño como consecuencia del ruido exterior, los locales, la música típica de las fiestas, etc… Sobre todo ahora, en época de verano donde el ruido aumenta considerablemente. Y, ¿Quienes son los más afectados? Los durmientes que más insomnio padecen como consecuencia de ello son principalmente las personas de más de 65 años, también afecta a 30% de los durmientes adultos y a un porcentaje similar de personas más jóvenes.

Lo cierto es que, sobre todo aquí en España, el ruido exterior no es el más adecuado para poder caer en brazos de Morfeo fácilmente ni tampoco es el más idóneo para mantenerse dormido durante toda la noche disfrutando de un sueño totalmente reparador.

A su vez, se ha verificado que la principal causa de esta problemática que afecta al buen dormir de las personas es el ruido típico de los vehículos que circulan por la vía pública a todas horas. En los siguientes puestos del ranking se encuentran el de las personas, cuando hay más tránsito de gente, y el ruido que los locales nocturnos tanto los que tienen música como los que no.  

Hay que prestarle especial importancia a este hecho pues, como sabéis, la contaminación acústica afecta directamente a la salud y bienestar de las personas. El insomnio y la consecuente falta de sueño tienen graves repercusiones, no sólo a la hora de dormir y disfrutar de un sueño reparador, sino también en muchos otros ámbitos de la vida cotidiana. No obstante, en muchas casas sucede algo curioso: durmiendo en la misma habitación, unos escuchan el ruido exterior y se despiertan y otros no oyen absolutamente nada y consiguen dormir a pierna suelta. ¿Verdad? Lo cierto es que, el ruido de fuera no afecta por igual a todos los durmientes durante el sueño. ¿Te has preguntado alguna vez el por qué?

Una de las posibles respuestas nos la dan un grupo de investigadores del Hospital General de Massachusetts, en Estados Unidos. Estos han llevado a cabo un estudio gracias al cual han podido descubrir un patrón de onda cerebral que predice cómo va a dormir una persona con la existencia de ruido exterior. Este hallazgo puede considerarse un gran paso a la hora de obtener nuevas estrategias para evitar las molestias provocadas por el ruido durante el sueño. Es decir, podrían aparecer nuevos métodos más eficaces que, por ejemplo, los tradicionales tapones para los oídos.

El estudio, que fué publicado en la revista científica Current Biology, se llevó a cabo con un total de doce voluntarios durante tres noches consecutivas. Y, ¿En qué consistió la investigación? Durante las varias noches, se estudió la actividad cerebral de los durmientes cuando se les sometía a una serie de ruidos exteriores diferentes. Concretamente, durante la primera noche, los durmientes descansaron sin ningún tipo de ruido. Pero, en la segunda y la tercera noche, empezaron a escuchar ruidos varios como por ejemplo: tráfico, un sonido telefónico, gente transitando por la calle, etc… Mientras tanto, los investigadores observaban el cerebro mediante electroencefalografías (EEG) que registraban la actividad cerebral en todo momento. Gracias a ello pudieron identificar la existencia de unos "ejes" o "husos" del sueño, que son capaces de bloquear la información sensorial que el cerebro capta durante el sueño, incluidos por supuesto los sonidos. Según los resultados de la investigación, los durmientes que mostraron una mayor cantidad de husos del sueño, tenían muchas más posibilidades de dormir mejor durante la noche sin ser molestados por los ruidos exteriores. Por el contrario, aquellos que presentaban un menor número de husos del sueño, eran más propensos a sufrir despertares cuando dormían.

Esta es una de las principales explicaciones por las que existen diferencias significativas entre los durmientes. Como veis, el mundo de los sueños es muy curioso y, a día de hoy, todavía esconde una gran cantidad de incógnitas sin resolver. Y tal vez, dentro de unos años, será posible dormir a pierna suelta en aquellos entornos más ruidosos, sin ser despertados en toda la noche.

¿Por qué unos pueden dormir con ruido y otros no?

Fuente: MuyInteresante.com

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El ronquido es un problema social importante. En general, las personas que duermen al lado de alguien que ronca, tienen grandes dificultades para conciliar el sueño. ¿Verdad? Durante mucho tiempo, el hecho de roncar durante la noche se ha considerado únicamente como una molestia. Sin embargo, los expertos en la materia del sueño, lo toman como una señal de que algo no está funcionando bien. Concretamente, el presidente de la American Academy of Sleep Medicine, afirma que: “Roncar es como la fiebre para la medicina interna; te dice que algo ocurre, pero no te dice el qué”.

Los ronquidos son ruidos respiratorios fuertes y ásperos que se producen durante el sueño. Ocurren cuando las vías respiratorias se estrechan y provocan que la garganta vibre considerablemente cuando el aire pasa por ellas. El roncar es común en personas adultas, aunque no es normal. Por esta razón, los médicos tratan de averiguar porqué, en ocasiones, los durmientes roncan durante el sueño. De esta manera se pueden proporcionar tratamientos más adecuados para solucionar el problema. En algunos casos, puede tratarse de un trastorno de sueño llamado apnea del sueño.

La apnea del sueño es un trastorno del sueño que genera una o más pausas en la respiración de una persona mientras duerme, o bien respiraciones excesivamente ligeras. Las pausas que se producen pueden durar desde pocos segundos hasta varios minutos en los casos más extremos. En la mayoría de las veces, la respiración vuelve a su estado normal, generalmente con un enérgico ronquido. Los pacientes con apnea del sueño dejan de respirar durante un tiempo y, obviamente, ello tiene graves repercusiones en la salud. Por ello, es fundamental recibir un diagnóstico correcto para tratarlo cuanto antes.  

Obviamente, no todos los ronquidos denotan apnea del sueño sino que puede tratarse de algo distinto. En este caso, existen una serie de remedios que pueden funcionar para acabar con los molestos ronquidos. Veamos cuales son los más eficaces:

  1. Tiras nasales: las podéis encontrar en cualquier farmacia. No obstante, normalmente no suelen tener el resultado que se espera de ellas. Lo cierto es que pueden aliviar un poco la intensidad del ronquido, pero seguramente el durmiente siga roncando. La explicación es que este tipo de tiras no pueden actuar en toda la profundidad de las vías nasales. Por ello os recomendamos optar por otros métodos.  
  2. Dormir de lado: Esta sencilla práctica puede funcionar bastante bien, pues normalmente dormir sobre nuestro costado puede ayudarnos a no roncar tanto como en otras posturas. Al dormir boca arriba, la presión en el cuello es mayor, por lo que los ronquidos son mucho más fuertes. Si eres de los que se mueven constantemente durante el sueño, puedes colocar una almohada en tu espalda o algún objeto que te impida cambiar de postura. De esta manera, durmiendo de lado conseguirás roncar bastante menos.
  3. Ponerse a dieta: los expertos recomiendan perder peso y mantener una dieta equilibrada en los casos en los que se sufre de sobrepeso. Este hecho puede ayudar a aliviar la intensidad de los ronquidos. También se recomienda evitar, sobre todo de noche, las comidas copiosas y grasientas para dormir mejor y tener menos posibilidades de roncar. Además, la pérdida de pesos en los casos que se necesita, reporta grandes beneficios para la salud de la persona.
  4. Evitar el alcohol: este tipo de substancias puede empeorar gravemente la situación, sobre todo si se toma de noche. ¿Por qué? Según los expertos, el alcohol relaja los músculos que mantienen las vías respiratorias abiertas. De esta manera, se ronca más. Además del problema de los ronquidos, el hecho de consumir alcohol antes de dormir, provoca que el sueño sea notablemente menos reparador. En conclusión, es mejor evitar el alcohol, sobre todo de noche.  
  5. Un humidificador en el dormitorio: este método puede funcionar si la causa de los ronquidos es una congestión nasal o una reacción alérgica que empeora por el aire seco. Si es esta la situación, tal vez, el hecho de dormir con un humidificador puede resultarte muy útil. Sin embargo, puede que no sea una solución definitiva. Por ello, se recomienda siempre consultar con un médico especialista.
  6. Válvulas nasales: es una opción válida para quienes sufren de ronquidos o de apnea del sueño. Se trata de un sencillo procedimiento quirúrgico endonasal que se realiza en la parte más estrecha de la nariz. En todo caso, es necesario que un médico estudie detenidamente su caso.  
  7. Dispositivos orales: puede resultar útil para los durmientes que roncan con frecuencia durante el sueño. Como en los casos anteriores, se recomienda consultar con un médico especialista.
  8. Cirugía: es un tratamiento que puede plantearse cuando el método CPAP no funciona. En este caso, el médico debería evaluar si es una opción válida para ese durmiente o, si por el contrario es mejor probar con otras opciones.

Para finalizar, os recordamos que es necesario prestarle atención al problema de los ronquidos, sobre todo si te sientes cansado sufres somnolencia excesiva durante el día. Si los ronquidos son graves, es vital consultar con un médico especialista.  

Los remedios más eficaces para dejar de roncar

Fuente: huffingtonpost.es

 

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