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El blog de los sueños y el descanso

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Dormir bien durante la adolescencia

Descansar es tan importante y vital como la alimentación, el oxigeno o el agua que consumimos, y especialmente en la etapa de la adolescencia se vuelve esencial para el desarrollo. Cuando se duerme se alimenta el cerebro.
 
Lo más saludable para un adolescente es un descanso de entre ocho horas y media o nueve de sueño, pues se ha comprobado que son necesarias para una correcta concentración en el colegio o en las actividades deportivas. Sin embargo, hoy en día los adolescentes duermen muy poco, el tema es conocer ¿Por qué?
 
La Asociación Americana del Sueño (Asa) asegura que durante la adolescencia (entre los 13 y los 22 años), se generan cambios en los patrones del sueño en términos cuantitativos y cualitativos. Con el paso de los años, se van acostando cada vez más tarde, tanto en días escolares como en los fines de semana, y eso significa menos horas de sueño.
 
Otros estudios sobe el tema indicaron que durante la adolescencia el cuerpo realiza un reajuste temporal, generando que los jóvenes se acuesten y se levanten más tarde debido a la hormona que se encuentra en el cerebro, la melatonina, que está relacionada con la sensibilidad a la luz (oscuridad) y al sonido (tranquilidad). Digamos que con el paso del tiempo, además, nos hacemos más sensibles a estos factores. Además, durante esta etapa también suelen surgir algunos trastornos del sueño como el insomnio o el síndrome de piernas inquietas, entre otros.
 
Dormir ayuda al cuerpo a recuperarse de la actividad del día, a nivel físico y cerebral. Estos datos arrojan otros números que alarman. Por ejemplo La Administración Nacional de Seguridad y Tráfico en Carreteras de los Estados Unidos dio como resultado que cada año mueren alrededor de 1.500 personas en accidentes de tráfico. Lo que alarma es que estas tragedias eran protagonizadas por jóvenes de entre 15 y 24 años que se encontraban cansados al conducir. Un dato que hay que resaltar es que las personas que se quedan dormidas al volante suelen tener menos de 26 años.
 
Por otra parte, hay que tener en cuenta que la falta de sueño nos afecta en muchos sentidos, tanto en apariencia como por dentro. Por ejemplo, la piel es una de las partes más resentidas, facilitando la aparición de acné cuando existe un mal descanso. El ánimo también se ve afectado, se sufren cambios de comportamiento muy bruscos, e incluso se puede llegar a la depresión. Obviamente el rendimiento en trabajos, estudios y en la vida cotidiana tampoco es el mismo. El mal dormir también suele estar acompañado de un mala alimentación, pues cuando el cuerpo se encuentra agotado "pide" alimentos con un elevado número de calorías, para compensar la falta de energía que siente,  por lo que muchas veces se traduce en un aumento de peso.
 
Si quieres saber cómo puedes superar este problema, échale un vistazo a nuestros artículos sobre Consejos del sueño.

Dormir bien durante la adolescencia

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