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El blog de los sueños y el descanso

sombra

En esta época del año, es común escuchar como la gente dice que en verano duermen peor que en otras estaciones del año. ¿Te ha pasado? Si has contestado que sí, no te preocupes, pues una situación completamente normal, pues le pasa a una gran cantidad de durmientes. Además, cuando no se consigue dormir bien por la noche, al día siguiente, solemos sentirnos peor, menos energéticos y sintiendo un cierto malestar durante toda la jornada. ¿Verdad? Si has contestado “Sí”, seguro que deseas saber porqué solemos descansar peor cuando más calor hace. A continuación, te lo contamos en detalle.

Durante las noches de verano, cuando el calor empieza a apretar, en ocasiones puede que caer en brazos de morfeo nos resulte una tarea realmente complicada. Además, puede llegar a generar un cierto estado de nerviosismo que hace más difícil el conseguir descansar y conciliar el sueño. Pero, ¿Por qué nos sucede esto? La respuesta a esta pregunta nos la ofrece el doctor José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), que confirma que en verano nos cuesta dormir como consecuencia del esfuerzo que realiza el cuerpo para adaptarse a las altas temperaturas. En las épocas del año de más calor, cuando los termómetros sobrepasan los 21 grados centígrados, es común que comiencen las primeras dificultades a la hora de dormir. Además, como hemos comentado anteriormente, cuando se sufre insomnio, suele aparecer un nerviosismo que empeora aún más la situación. Para ello, lo más importante es tratar de mantener la calma y tener en cuenta que suele tratarse de un período generalmente corto, el que nuestro cuerpo necesita para adapatarse al cambio de temperatura. Después de esos días más duros, en general, ya debemos estar totalmente preparados para responder adecuadamente a las altas temperaturas propias del resto del verano.

Por otro lado, el descanso durante las noches de verano, también suele complicarse a medida que avanza la edad. Como bien explica el doctor Francisco Javier Puertas, miembro de la Sociedad Española de Sueño (SES), "con la edad se deterioran los mecanismos responsables de la regulación de la temperatura, tanto de la eliminación como del mantenimiento de la misma". Además, obviamente, este hecho tiene una consecuencia directa en la continuidad y profundidad del sueño de los durmientes. Concretamente, aproximadamente el 60 por ciento de las personas mayores tiene algún síntoma o trastorno del sueño que le impide descansar cada noche como su cuerpo y mente necesitan. Una consecuencia que suele darse en estos casos es el sentir un exceso de somnolencia durante el día y el tener la necesidad de practicar varias siestas diarias. También es común que los durmientes que no consiguen dormir bien por la noche se sientan algo más cansados de lo normal durante el transcurso del día. Todo ello son consecuencias normales de la falta de sueño que, son visibles desde la primera noche de insomnio.

¿Qué debemos hacer cuando no podemos dormir?

Esos días en el que el calor, u cualquier otra circunstancia, dificultan la tarea de conciliar el sueño, lo más importante es tratar de no agobiarse cuando se está en la cama para evitar que la situación empeore. Hay que tener en cuenta que para evitarlo debemos irnos a dormir siempre y cuando se tenga sueño y se esté preparado para ello. De lo contrario, si se está nervioso o preocupado, entre otras, será muy complicado conciliar el sueño de manera adecuada. A su vez, para que sea más fácil dormir bien en las noches de verano, se recomienda conseguir un dormitorio fresco, disponer de un buen equipo de descanso que no den calor (como por ejemplo los colchones de gel) y, por supuesto, mantener una buena higiene del sueño. Algunos de los principales consejos para ello son: tener horarios fijos para acostarse y levantarse cada día, realizar ejercicio diario aunque no antes de dormir, dejar un período de inactividad al menos 20 minutos antes de acostarse y, por supuesto, evitar las cenas copiosas y cualquier tipo de bebida alcohólica o estimulante y el tabaco. Existen otros consejos que puede poner en práctica para dormir mejor durante la noche, de la mano del doctor Estivill: Conseguir una buena higiene del sueño. Por último, recordar que se recomienda consultar a un médico especialista a aquellos durmientes que hayan sufrido ataques severos de ansiedad como consecuencia de insomnio provocado por el calor.


¡Felices y frescos sueños!

 

¿Por qué en verano dormimos peor?

Fuente: Hola.com

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El sonambulismo es un trastorno del sueño que puede darse tanto en niños como en adultos. Aunque, bien es cierto que suele ser más común en menores de edad escolar. Según los últimos datos, uno de cada diez niños en esa edad ha sufrido, al menos una noche, un trastorno de este tipo. Si el pequeño de la casa ha tenido un episodio, de seguro querrás saber cuál es la causa del sonambulismo infantil, cuáles son las posibles consecuencias a largo plazo y cómo se debe actuar. A continuación te contamos todo sobre ello.

Ser sonámbulo significa que el niño, durante el sueño, se levanta y empieza a realizar una serie de actividades: jugar con sus juguetes, caminar, vestirse o desvestirse, abrir y cerrar puertas o luces e incluso salir de la casa, entre muchas otras. Y, todo ello sin despertarse ni ser realmente conscientes de lo que están haciendo, aunque suelen mantener los ojos abiertos. Como siguen en un estado de somnolencia, durante el episodio no será posible hablar y conversar con ellos. Pues, aunque lo intenten, normalmente únicamente son capaces de de balbucear unos pocos sonidos. Y, en general, al día siguiente, no se acordaran de nada de lo que hayan realizado durante la noche anterior.

El sonambulismo puede durar muy pocos segundos, minutos o, en los casos más severos, incluso más. Como hemos comentando anteriormente, puede darse en durmientes de todas las edades. Sin embargo, es más común en los niños pequeños de 6 a 12 años. Y, aún más en menores varones que en las niñas. Aunque, generalmente suele desaparecer cuando llega la época de la adolescencia.

¿Cuál es la causa del sonambulismo infantil?

Aunque la causa exacta de porqué se produce el sonambulismo no se sabe, se cree que podría darse como consecuencia de que no todas las partes del cerebro se relajan y se duermen al mismo tiempo. Otra posible causa de sonambulismo es la existencia de un cambio brusco en los patrones del sueño del niño como por ejemplo, un período de fuerte estrés, ansiedad o fiebre u otras enfermedades. Otras teorías señalan que el sonambulismo puede responder a una deficiencia de magnesio o que algún tipo de cambio hormonal en el cuerpo del durmiente lo provoque.

Por otra parte, en la mayoría de los casos, el sonambulismo tiene una historia familiar, es decir, cuando alguien de la familia del menor lo ha sufrido aumentan las posibilidades de que se produzca este tipo de desorden.  

El sonambulismo se da al comienzo del sueño, concretamente se cree que ocurre en la etapa del sueño lento o de ondas lentas. Cabe destacar que los niños, en comparación con los adultos, suelen pasar más tiempo en esta fase del sueño. Por ello, las posibilidades de que se dé en los niños es algo mayor.

¿Qué consecuencias tiene el ser sonámbula?

Los especialistas coinciden en que el sonambulismo en sí mismo no es peligroso y, generalmente, no significa que exista un problema grave detrás de ello. También afirman que no afecta al desarrollo cerebral de los niños. Sin embargo, sí es cierto que merma su descanso nocturno. Y, la falta de sueño derivada de ello, afecta negativamente al comportamiento, estado de ánimo, etc..  De esta manera, aunque no sea preocupante, hay que tenerlo controlado. Y, por supuesto, se recomienda consultar con el pediatra cuando la frecuencia del sonambulismo sea cada vez mayor y aumenta la preocupación por ello. Una recomendación útil para tratar con este trastorno del sueño es evitar a toda costa que el niño coma, vea la televisión o juegue con el ordenador o videojuegos justo antes de irse a la cama a dormir. Además de, por supuesto, mantener una higiene del sueño adecuada y eficaz, noche tras noche.

¿Qué hacer durante el episodio?

Como hemos comentado anteriormente el niño, en ese momento no es consciente de lo que está haciendo. Por ello, es necesario mantener la calma, actuar con total serenidad y tratar de no asustarlo. Una vez estemos con ellos, únicamente hay que guiarlos de nuevo hasta su cama para que puedan volver a dormir tranquilos y descansar como se merecen. Ten en cuenta que, para evitar que el niño se haga daño, es necesario tomar ciertas medidas de seguridad: mantener las ventanas y puertas cerradas, apartar los muebles con los que pueda tropezar, eliminar objetos peligrosos, etc…. Y, obviamente, bajo ninguna circunstancia se debe evitar sacudirlo o gritarle al niño. Por último, recordaros que, en estos casos se debe evitar que los pequeños duerman en literas. Si el problema es la falta de espacio en el dormitorio, los somier canguro son una buena opción.

Sonambulismo infantil

Fuente: elcomercio.com

Foto: pekelandia.com

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Dormir, especialmente el sueño reparador, es esencial para mantener una vida sana y recuperar la energía gastada durante el día a día. No obstante, en ocasiones, conciliar el sueño cuando llega la noche no resulta tarea fácil. Las exigencias propias del siglo en el que vivimos, los problemas, la presión laboral, etc… son algunos de los muchos factores que afectan negativamente al sueño de los durmientes, aumentando considerablemente los casos de insomnio.

Para poder poder dormir correctamente sin que ninguno de los factores anteriores perturben el sueño, es necesario obtener un estado de relajación adecuado, tanto físico como mental. Existen varias técnicas de relax para alcanzar ese estado antes del sueño y conseguir dormir perfectamente. Una de ellas es el yoga, que seguro que habéis oído hablar de ello. El yoga es un conjunto de disciplinas físicas y mentales originales de la India y cuyo principal objetivo es conseguir la perfección espiritual y la unión con lo absoluto. Además, el yoga también es un conjunto de prácticas modernas, derivadas de la tradición hindú, que ayudan a alcanzar el dominio del cuerpo y una mayor concentración, según el artículo de definicion.de.

Así pues, una buena recomendación es realizar una serie de ejercicios de yoga en el dormitorio, antes de dormir, para despejar la mente y alcanzar el estado de relajación ideal para conciliar el sueño. A continuación, te explicamos algunos de ellos que puedes poner en práctica esta misma noche:

Sukasana flexionada. Para esta postura primero hay que sentarse con las piernas cruzadas. Seguidamente hay que colocar un cojín se grosor y firmeza considerable delante de la persona. Se recomienda que el cojín o almohada tenga unos 30 cm de grosor aproximadamente. También se puede utilizar un conjunto de sábanas o mantas que tengan el mismo grosor. Una vez esté todo preparado, hay que inclinarse hacia adelante para conseguir apoyar los brazos sobre el cojín y, a su vez, la frente del individuo sobre los brazos. Esta es la postura que debemos mantener tanto tiempo como nos resulte cómodo para nuestro cuerpo.

 

Yoga para antes de dormir

 

Supta baddha konasana, conocida popularmente como postura del zapatero. Para realizar esta postura, podemos utilizar el mismo cojín grueso que hemos comentado anteriormente para tumbarnos sobre él. Además, necesitaremos varios cojines, uno para cada pierna y otro para la cabeza. Una vez tumbados hacia arriba, con la cabeza y la espalda bien apoyadas sobre el cojín, juntaremos las plantas de los pies para que queden igual que en la imagen siguiente. En este momento, hay que dejar permitir que el pecho se abra y que los brazos se estiren hacia ambos lados del cuerpo, con las palmas hacia arriba. Igual que en el caso anterior, debes permanecer en esta postura unos largos minutos o, parar cuando sientas que ya no resulta igualmente cómodo.

 

yoga para antes de dormir

 

Jatara paravartanasana, también conocida como torsión de la serpiente. Para llevar a cabo esta postura, necesitarás estar tumbado también boca arriba. A continuación debes doblar la primero la pierna derecha para colocar el pie sobre la rodilla izquierda. A su vez, debes colocar la mano rodilla de la pierna flexionada y presionar la rodilla suavemente hacia el suelo para estirar los músculos. Si te resulta más cómodo, puedes utilizar un cojín cerca de la rodilla para apoyarla y que te resulte más cómodo. El otro brazo, debe permanecer estirado hacia el lado contrario y la cabeza también. Una vez alcanzada la postura debemos mantenernos así durante unos minutos más. Después, hay que realizar el mismo movimiento con el lado opuesto, cambiando pierna, brazos y cabeza.

 

yoga para antes de dormir

 

Viparita karani o también llamada postura de la media vela. Para realizar esta postura debemos utilizar el mismo cojín grueso que hemos utilizado para realizar algunas de las posturas anteriores. Esta vez, hay que colocarlo transversalmente pegado a la pared del dormitorio para sentarte sobre él. Una vez en esta postura, hay que apoyar la espalda sobre la cama y elevar las piernas de forma paralela a la pared. Ten en cuento que la pelvis debe permanecer apoyada sobre el cojín y muy cerca a la pared, de forma que la zona lumbar dibuja una especie de arco.

 

yoga para antes de dormir

 

Balasana o postura del feto. Esta es una postura similar a la de Sukasana flexionada pero, en este caso hay que sentarse sobre los talones y separar las rodillas al ancho de las caderas. Esta vez, también utilizaremos el mismo cojín grueso o manta de 30 cm aproximadamente. Suavemente hay que inclinarse hacia delante para conseguir que el abdomen y el pecho descansen sobre el cojín. Gira suavemente la cabeza para que una mejilla toque sobre el cojín. Coloca los brazos a los lados del cojín y mantén la postura tanto tiempo como te encuentres cómodo.

 

yoga para antes de dormir

 

El yoga también es adecuado para conseguir un estado óptimo de relajación mediante técnicas de respiración. El Pranayama ayuda a eliminar el mal aire del cuerpo y llenar los pulmones de nuevo con aire nuevo y fresco. Para conseguir dormir mejor, se deberían realizar estos ejercicios unos minutos antes de irte a dormir.

El Kapalabhati Pranayama, significa “frente” y bhati “luz y también es conocida como Respiración Energizante o Purificadora pues ayuda a clarificar la mente y favorece la calma interior. El Kapalabhati Pranayama es uno ejercicio de purificación que limpia las vías respiratorias para ayudar a respirar mejor y a relajarse.

Esta técnica se caracteriza por realizar una inspiración profunda con el abdomen relajado y una exhalación forzada para que los músculos abdominales se contraen activa y rápidamente empujando el diafragma hacia los pulmones, como bien explican en el artículo de yogaparaprincipiantesonline.com

¿Cómo debemos realizarlo? A continuación te explicamos detalladamente los pasos que debes llevar a cabo para ello:

  1. Siéntate en una postura cómoda con las piernas cruzadas y la espalda totalmente recta. A continuación apoya las manos en las rodillas y trata de estar lo más relajado postible. De esta forma puedes relajar el abdomen y empezar a inhalar tranquila y pasivamente.
  2. Ahora hay que inhalar profundamente a través de los orificios nasales, de forma que consigamos expandir el abdomen. Tras inhalar, debes exhalar, también por la nariz, con una fuerte contracción de los músculos abdominales.
  3. Inhalar y exhalar repetidamente empezando con una serie de 10 respiraciones. Después respirar  profundamente 2 veces.

 

Yoga para dormir

 

Esperamos que estos consejos os sirva de ayuda para poder dormir mejor cada noche. ¿Qué otras técnicas de relajación conoces? ¿Nos cuentas otras posturas de yoga que te funcionan?.

 

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El momento más deseado para los niños, cuando llega el verano, tal vez es cuando en la escuela cuelgan el cartel de “cerrado por vacaciones”. Eso significa que empieza la época de relax, dormir más, piscina, playa, televisión, amigos y menos deberes. Al igual que los adultos, ellos también necesitan sus vacaciones y su tiempo para disfrutar de otras actividades. No obstante, si no se lleva bien, el cambio en la rutina diaria puede mostrar su lado menos simpático: enfados, irritabilidad, nervios, aburrimiento, etc… Para evitar esta situación es necesario llevar a cabo unas pautas determinadas. A continuación, os explicamos cuales.

Seguro que alguna de las siguientes frases de resultan familiares: “en vacaciones comen peor”,  “en vacaciones duermen menos” o “en vacaciones se portan más mal”, ¿Verdad? Lo cierto es que, como hemos comentado anteriormente, para disfrutar al máximo de las vacaciones es necesario mantener ciertas rutinas, principalmente de sueño y de alimentación también.

En vacaciones, al igual que durante el resto del año, se recomienda continuar con los hábitos de sueño saludables que permitan que el niño descanse las horas que necesite y disfrute de un sueño totalmente reparador. De esta manera podrá recuperar los niveles de energía que necesita para pasarlo en grande cada día y crecer fuerte y sano. Sin embargo, en verano son muchos los factores que pueden impedir que el pequeño de la casa pueda dormir tranquilamente. El ruido ambiental, el viaje, cambiar de domicilio, el calor, etc.. son algunos de ellos. A continuación os damos algunos consejos para mantener una buena higiene de sueño durante las vacaciones:

 

Horarios de sueño: durante el verano, es fundamental que los niños vayan a la cama y se acuesten siempre a la misma hora. No es necesario seguir estrictamente el horario de invierno, pero se debe evitar que se acuesten mucho más tarde de lo que solían hacerlo durante el resto del año. Además, el horario de sueño tiene que respetar las 8 u 9 horas mínimas que necesita para recuperarse y sentirse bien al día siguiente.

Rutina del sueño: para poder dormir bien, primero que nada es fundamental que el niño gaste energía durante el día y aprovechar la noche para relajarse y dormir. De esta manera se recomienda cenar pronto y prepararse para dormir. Se recomienda seguir siempre unos rituales previos al sueño: relajación, leerle un cuento, lavarse los dientes, colocarse el pijama, etc.. Saber lo que hay que hacer en cada momento le proporciona una seguridad adecuada para dormir mejor.

Dormitorio fresco: para evitar el exceso de calor durante el sueño se recomienda ventilar cada día la habitación del pequeño, cambiar las sábanas regularmente y bajar las persianas durante las horas que más sol hace, para evitar que aumente la temperatura en la habitación. Con esta sencilla práctica se obtiene un dormitorio más fresco y el mejor ambiente para descansar.

Aislarse del ruido exterior: en vacaciones, el ruido exterior aumenta considerablemente, sobretodo en zonas de mayor turismo. Para evitar que ello empeore la calidad del sueño del pequeño es necesario aislar el ruido lo máximo posible (habitaciones insonorizadas, ambientes tranquilos, etc…). De esta manera el niño dormirá mejor cada noche y ello le permitirá disfrutar de las vacaciones.

Descanso durante el día: hasta los cuatro años aproximadamente, el niño necesita una siesta de entre una y dos horas. Este descanso le permite reponer energías y seguir jugando o realizando cualquier otra actividad. De esta manera también se consigue que las vacaciones no se conviertan en un periodo de cansancio más que de descanso. Para ello, permite que el niño haga una siesta después de comer durante un ratito.

Evitar el sedentarismo: vacaciones no es sinónimo de no hacer nada. Los niños tienen mucha energía y necesitan gastarla realizando actividades diversas. En verano pueden nadar, jugar con los amigos, realizar deberes de vacaciones, leer, etc… También son una buena época para aprovechar y hacer actividades toda la familia junta. De esta manera, al llegar la noche, el niño dormirá mucho mejor.

Sentirse como en casa: si acostumbráis a cambiar de residencia durante el verano, trata de que el niño se sienta tan cómodo como en su habitación habitual para evitar problemas de sueño. Si suele dormir con un peluche determinado, chupete o cualquier otro, asegúrate de que os lo lleváis de viaje también. Y, si tiene problemas de sueño, no te olvides de ofrecerle cariño y apoyo siempre que lo necesite para que pueda dormir como se merece.

Apetito: Respecto a las comidas, es probable que en verano, por el calor, coman menos cantidad y/o más despacio. Lo que podemos hacer es tratar de entendernos y no ponerse nervioso, darles más tiempo y aprovechar los picoteos sanos. Por otra parte, se recomienda tratar de cambiar ligeramente el estilo de comida y decantarse por comida fresca, fácil de digerir y realizar una una sobremesa. Si al llegar la noche, el niño tiene hambre al tiempo de haber cenado, es recomendable que tome un pequeño bocado antes de acostarse para evitar que el sentirse hambriento le impida dormir bien. Ten a mano una selección de aperitivos saludables para dárselos cuando se produzca esta situación: queso, yogurt, un vaso de leche con galletas, etc..

Siguiendo estos consejos, el niño podrá dormir perfectamente durante el verano y se sentirá y se portará mucho mejor. Pues, como sabéis, el descanso es salud y salud es felicidad.


¡Felices sueños! Y, ¡Felices vacaciones!

 

Rutina de sueño infantil para dormir bien en vacaciones

Foto: homeaway.es

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El ritmo de vida actual, la presión, el estrés, la ansiedad, la mala alimentación, los excesos, el tabaco, el alcohol, entre otros, son algunas de las principales causas que pueden producir graves problemas de sueño. Estas enfermedades del sueño afectan a gran parte de la población, concretamente a casi el 45% de los durmientes de todo el mundo. Los primeros puestos en el ranking lo ocupan el insomnio, la narcolepsia y la apnea, aunque otros como la fatiga crónica, sonambulismo, pesadillas y terrores nocturnos, les siguen muy de cerca. La Sociedad Española de Sueño calcula que los tres primeros trastornos del sueño afectan a unos ocho millones de españoles. Y, en el caso de la apnea del sueño, sin un diagnóstico a tiempo, puede acabar por fomentar la aparición de otros problemas muy graves de salud. Por ello, es fundamental acudir al médico cuanto antes.

¿Qué es la apnea del sueño?

La apnea del sueño es un trastorno del sueño que genera una o más pausas en la respiración del durmiente, o bien respiraciones muy ligeras mientras se está intentando conciliar el sueño.

Como norma general, estas pausas suelen durar unos pocos segundos que pueden convertirse en varios minutos en el peor de los casos. Normalmente, aparecen un número de entre 5 y 30 veces durante cada hora del sueño, o incluso pueden darse más. En los casos más severos, pueden darse hasta 210 apneas durante el sueño. Después de cada pausa en la respiración, se vuelve al estado normal, en muchas ocasiones mediante un fuerte ronquido.

Este trastorno del sueño suele presentarse como algo crónico, que dificulta el hecho de conciliar el sueño adecuadamente. El durmiente que sufre apnea pasa de tener un sueño profundo a tener un sueño ligero cada vez que su respiración cesa. Por tanto, obviamente, no consigue alcanzar un sueño totalmente reparador durante la noche. Como consecuencia de la falta de sueño, el individuo se siente cansado y con excesiva somnolencia durante el día, lo que puede traducirse en falta de concentración y mayor dificultad para desempeñar las tareas propias del día a día.

Se calcula que la apnea del sueño es un trastorno que afecta entre un 4% y 8% de la población adulta española. ¿Cómo podemos detectar la apnea? Por lo general, los durmientes que la sufren, no se dan cuenta de las paradas respiratorias que sufren durante el sueño. Una señal para detectarla son los ronquidos, fuertes y abundantes. Normalmente, el propio durmiente no es consciente de los ronquidos, por ello debe ser el acompañante quien lo detecte. Otra manera de detectarlo es el cansancio. Cuando el individuo se siente muy cansado durante el día y tiene la necesidad de dormirse, puede ser un claro síntoma de estar sufriendo apnea del sueño. Otro síntoma sería mostrar un mal humor generalizado y también la falta de concentración para poder realizar las tareas del día a día. Por último, otra forma para detectar la apnea del sueño es el hecho de levantarse normalmente con la “boca algo pastosa”. En el momento en que se detecta alguno de estos síntomas, debe consultar con su médico para obtener un diagnóstico claro.

La gravedad de este trastorno del sueño va más allá de los ronquidos, por ello es necesario acudir al médico en cuanto antes. Los principales problemas a largo plazo derivados de la apnea del sueño van desde la posibilidad de sufrir un accidente de tráfico o laboral hasta la posibilidad de sufrir un ataque al corazón. También se relaciona este trastorno con la diabetes o la hipertensión. Además, los síntomas pueden agravarse considerablemente si se tiene sobrepeso. Son muchos los casos en los que se ha conseguido dormir mejor y roncar menos cuando se ha perdido peso. Por su parte, según los estudios realizados por la Sociedad Española de Neurología (SEN) han detectado una posible relación entre la apnea del sueño con el desarrollo del Alzheimer. "Los trastornos respiratorios del sueño suelen generar lesiones vasculares que a la larga pueden ser una causa de demencia", así lo explica uno de los investigadores.

¿Hay tratamiento? Existen algunos tratamientos eficaces para pacientes con apnea del sueño. Pero, en todo caso se recomienda, como hemos comentado anteriormente, ponerse en manos del médico en cuanto antes. Ten en cuenta que, una vez se le pone nombre a la enfermedad, es más fácil lidiar con ella. Algunos de los tratamientos más eficaces son:

  1. Cuidarse, mantener una dieta equilibrada y evitar el sobrepeso, para lograr una mejor respiración y reducir los problemas de pausas en las vías respiratorias.
  2. Hacer ejercicio regularmente para permitir que los pulmones se vuelvan más fuertes y funcionen mejor.
  3. Evitar el tabaco, el alcohol y también el uso de pastillas para conciliar el sueño.
  4. Dormir de costado y tratar de no hacerlo nunca boca arriba para calmar la presión referente a la vía respiratoria.

Otro de los tratamientos más comunes, además de las pautas mencionadas anteriormente, es el uso de una mascarilla para dormir con el fin de abrir las vías respiratorias y así evitar las apneas durante el sueño. Algunos de los pacientes necesitan un tiempo para acostumbrarse a usarla, pero con un poco de voluntad se consigue fácilmente. Además, la considerable mejora en la calidad de vida lo hace aún más llevadero. De esta manera se consigue una vida totalmente normal.

Por último, hemos comentado que normalmente, la apnea del sueño se dá en adultos. No obstante, suele darse también en niños más pequeños. Se cree que un porcentaje entre el 2 y el 4% de menores sufren apneas del sueño. Y, la situación empeora en los casos en los que se sufre de obesidad infantil. Para detectar estos casos se debe estar atentos a los mismos síntomas que hemos comentado anteriormente: ronquidos fuertes, excesivo cansancio diurno, dificultad de concentración y aprendizaje, etc… En muchos casos, la apnea del sueño puede curarse con una operación de amígdalas. Aunque siempre es el médico el que debe dictar el cual es el tratamiento más adecuado en cada caso.

Combatir la apnea del sueño

Fuente: salud.practicopedia.lainformacion.com

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