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El blog de los sueños y el descanso

sombra

Existe un refrán que dice: "el melón, por la mañana, oro; por la tarde, plata, y por la noche, mata". Visto así, parece ser que tomar melón por la noche resulta totalmente contraproducente, ¿Verdad? Pero, ¿Es cierta esta afirmación? A continuación lo descubrimos.

El melón es una fruta muy saludable que contiene una gran cantidad de vitaminas, fibra y minerales. Su historia se remonta a la época 2400 a. C., cuando los egipcios empezaron a cultivarlo. Más tarde el Cucumis melo llegó a Europa a través de África y Asia. Y, en el siglo XV se convirtió en un alimento muy popular en España.

Este tipo de fruta está formada por un 90% de agua, por lo que resulta muy eficaz a la hora de saciar la sed. Además, esta fruta presume de tener un bajo aporte calórico y de azúcares, concretamente sólo tiene 25 calorías cada 100 gramos y un 6% de azúcar. De forma más detallada, una rodaja de melón de 100 gramos tiene 13 gr de carbohidratos, 1 gr de fibra, muchos minerales, vitaminas A y C, y nada de grasa ni colesterol. Como podemos ver, este alimento puede presumir de ser completamente sano e ideal para mantener la línea.

El verano es la época perfecta para tomar melón a todas horas, pues ayuda a refrescarse, saciar la sed y a mantenerse sano. Pero, como dice el refrán, ¿Es malo tomarlo después de cenar? O, ¿Como cena?. Según afirma Natalia Ubeda, profesora de nutrición de la Universidad San Pablo-CEU, el dicho “carece de base científica”. Pues, tal y como hemos visto anteriormente, el melón está formado casi al 100% por agua y no dispone de ningún elemento que lo convierta en un alimento más indigesto que otras frutas.

Generalmente, se suele tomar fruta como postre después de las comidas. Y, este hecho puede favorecer el que, en ocasiones, su ingesta resulte algo pesada. No obstante, si tomamos melón después de una cena (o comida) copiosa, los problemas digestivos debemos atribuírselos a la cena, no a la fruta.

Entonces, ¿Por qué se le teme al melón? Según la especialista en nutrición, Natalia Ubeda, existen algunos aspectos que pueden influir ligeramente en la asimilación del melón (u otras frutas) durante la noche, especialmente si se toma demasiado frío. Pues puede producir un choque térmico en el organismo.

Además, frutas como el melón y la sandía, que son sobre todo agua, cuando se toman en exceso de una sola toma pueden diluir el ácido del estómago y dificultar la digestión. No obstante, deberían de tomarse grandes cantidades de fruta. A su vez, podría aumentar la necesidad de ir al baño durante la noche y obligar al durmiente a sufrir despertares indeseados que rompan los ciclos normales del sueño.

Otra posible justificación del refrán anterior es que el melón fermenta muy rápidamente en el estómago, y ello puede ocasionar ciertos problemas digestivos si se toma poco antes de dormir.

Estos son los únicos inconvenientes de tomar melón antes de dormir. Sin embargo, cabe destacar que un alimento formado con 90% de agua es realmente complicado que constituya una fuerte amenaza para la salud. A si pues, si te gusta tomar melón, puedes comerlo antes de dormir sin preocuparte, siempre y cuando no te excedas con la cantidad.

¡Dulces sueños!

 

Tomar melón antes de dormir

Fuente: biolandia.es

 

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¿Has oído hablar del síndrome de Kleine-Levin? También es conocido como el síndrome de la bella durmiente. Se trata de un trastorno neurológico que causa períodos, de días o incluso semanas de duración, en las que el paciente sufre excesiva somnolencia, llegando incluso a dormir hasta 20 horas por día. Generalmente, este síndrome viene acompañado de hipersomnia, bulimia, cambios en la conducta, etc.. A continuación te contamos cuáles son sus causas, diagnóstico y tratamiento.

El síndrome de Kleine-Levin es una rara afección de etiología desconocida que suele darse en personas jóvenes y adolescentes principalmente. Y, suele afectar más a los varones que a las mujeres. Los pacientes, después de cada período, pueden presentar síntomas de depresión y/o amnesia durante un tiempo. Sin embargo, con el tiempo, se encuentran totalmente normales y pueden realizar vida normal.    

No existe un período de tiempo específico entre episodio y episodio, pues pueden pasar semanas o meses antes de que los síntomas vuelvan a aparecer. Aunque el paciente no suele ser consciente del comienzo y del final de cada ataque, los síntomas que pueden aparecer son los siguientes: somnolencia, falta de energía, irritabilidad, desorientación, sensibilidad y, sobre todo, ingesta excesiva de alimentos. Estos pueden aparecer y desaparecer de forma rápida o gradual, suele ser diferente en cada caso. Generalmente, a menudo suele existir una cierta confusión al despertar.

Y, ¿Cuales son las causas del síndrome de Kleine-Levin? Según los expertos en la materia, el síndrome de Kleine-Levin puede darse como consecuencia de un mal funcionamiento del hipotálamo, que es la parte del cerebro que se encarga de regular el apetito y el sueño. Sin embargo, aunque todavía no se conoce la causa exacta del síndrome de Kleine-Levin, en algunos de los casos, este síndrome suele haber sido precedido por fiebre, tensión e incluso a la sobreexposición de luz solar.

¿Cómo se diagnostica? Generalmente, el síndrome de Kleine-Levin suelen tener un inicio algo impulsivo, por lo que es fácil de diagnosticar. La persona que lo sufre puede empezar a comer compulsivamente, tener cambios bruscos de personalidad, etc…. Como consecuencia, es habitual ver cómo el individuo empieza a aumentar de peso rápidamente. Los problemas de sueño del durmiente pueden estar relacionados también con una serie de condiciones físicas y psiquiátricas.

¿Existe tratamiento para el síndrome de Kleine-Levin? Como hemos comentado anteriormente, la causa exacta de ello todavía no se conoce con exactitud. Por ello, a día de hoy, no existe un tratamiento 100% efectivo para el síndrome de Kleine-Levin.

Sin embargo, es común que se utilicen ciertos medicamentos o estimulantes para ello. Los estimulantes están específicamente diseñados para estimular el sistema nervioso central del individuo y, en este caso, se toman para reducir la frecuencia y la severidad de los episodios del síndrome de Kleine-Levin. También suelen utilizarse para tratar la somnolencia diurna. Sin embargo, en los resultados obtenidos con dicho tratamiento no suelen ser muy significativos.  

Existen otros tratamientos que se han utilizado para el síndrome de Kleine-Levin, como por ejemplo: fármacos antiepilépticos (ácido valproico, carbamazepina, amobarbital, fenobarbital, fenitoína, etc), antidepresivos (imipramina, IMAO, moclobemida, clomipramina, amineptina, fluoxetina, fluvoxamina, sertralina, metilsergida, trazodona, etc), fármacos antipsicóticos (haloperidol, clorpromazina, levomepromazina, trifluoperazina, tioridazina, clozapina, risperidona, etc), antivirales, litio, hidrocortisona, melatonina, benzodiazepinas y levodopa-benserazida. Según varios estudios realizados para comprobar sus resultados, se descubrió que estos fármacos proporcionan cierto beneficio en el tratamiento de los pacientes con síndrome de Kleine-Levin, pero como se trata de una enfermedad de poca frecuencia, todavía no se han descrito tratamientos de seguimiento a largo plazo. Si te ha parecido interesante, te recomendamos la lectura del siguiente artículo: La Bella Durmiente que durmió durante 64 días. Trata sobre el caso concreto de una joven que padece el síndrome de Kleine-Levin.

Síndrome Kleine-Levin

Fuente: dormir.org

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¿Qué es la felicidad? Estamos de acuerdo en que es aquello que todos queremos conseguir. Algo que parece fácil de definir y que todos parecen conocen pero que, en realidad, es algo que cuesta mucho de obtener. ¿Verdad? Desde mucho tiempo atrás, la comunidad científica está realizando numerosos estudios para descubrir qué prácticas nos pueden ayudar a sufrir menos durante nuestro día a día y ser más felices. Naturalmente podemos encontrar numerosas respuestas, tan variadas como podáis imaginar. No obstante, existe una serie de prácticas que se repiten con mayor frecuencia entre las personas que consiguen ser más felices. Y, una de ellas es el hecho de dormir bien.

Y, ¿Cómo nos ayuda dormir bien a ser más felices? El descanso, y especialmente el sueño reparador, es fundamental para que tanto nuestro cuerpo como nuestra mente, se recuperen del desgaste que sufrimos día a día. Vamos por partes, durante el sueño, el cerebro aprovecha para “eliminar la basura” y restaurarse, lo que tiene un efecto muy positivo en nuestro estado de ánimo y salud mental. Y, a su vez, el sueño ayuda a que el cuerpo se destense y se relaje, gracias a lo que podemos disfrutar de sufrir menos molestias musculares y dolores variados.

La falta de sueño tiene, desde la primera noche de insomnio, consecuencias negativas en nuestro estado de ánimo y forma de percibir las cosas. A su vez, incrementa las posibilidades de sufrir dolores de cabeza y malestar generalizado durante todo el día siguiente y empeorar la situación si el problema continúa.

Después de todo lo anterior, es más fácil comprender la gran influencia que tiene el sueño en la forma en la que nos sentimos durante el día a día.. No obstante, hay más. Según confirman los científicos Po Bronson y Ashley Merryman en su libro NurtureShock, dormir tiene efectos muy positivos en nuestra alegría. Para explicarlo aluden al hecho de que los estímulos negativos se procesan en la amígdala y los positivos y los neutrales en el hipocampo. Por tanto, cuando no dormimos bien y sufrimos falta de sueño, el hipocampo se ve más afectado y tendemos a recordar con intensidad los eventos negativos y a olvidar los positivos. Obviamente, esta afirmación está respaldada mediante estudios e investigaciones científicas. Por ejemplo, en uno de los estudios se analizaron las palabras que recordaban una serie de voluntarios que sufrían falta de sueño. Así descubrieron que los individuos solían recordar el 81% de las palabras negativas y únicamente el 31% de las positivas y neutras.

A su vez, cabe destacar que el humor con el que afrontamos las primeras horas del día es capaz de condicionar el resto de la jornada, por lo que claramente, es muy importante dormir bien. Cuando hemos podido disfrutar de un sueño totalmente reparador, nos levantamos con energía, de buen humor y sintiéndonos bien, por fuera y por dentro. Mientras que, tras una única noche de insomnio, el panorama se vuelve mucho más gris: malestar, sensación de cansancio, cambios de humor, mayor sensibilidad, somnolencia excesiva, falta de concentración, entre muchos otros. De ahí que sea más fácil conseguir ser un poquito más felices cuando dormimos bien.

No obstante, para el mismo fin, los expertos recomiendan llevar a cabo una serie de prácticas adicionales a la anterior. Toma nota:

  1. Sonríe a menudo.
  2. Haz ejercicio físico diario, aunque sea únicamente durante siete minutos cada día.
  3. Reactiva tu vida social, trata de pasar más tiempo con la familia y amigos.
  4. Empápate de aire libre y luz solar.
  5. Medita.
  6. Ayuda a los demás.
  7. Vive lo más cerca posible del trabajo.
  8. Practica la gratitud.

Según los expertos, la práctica total de estas pautas puede ayudarnos a ser un poco más felices cada día.

 

Dormir bien es clave para ser más felices

Fuente: elconfidencial.com

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Estrés, trabajo, tareas del hogar, familia y el ritmo propio del siglo en el que vivimos, provocan una cierta reducción del tiempo de sueño y calidad del mismo. ¿Cuántos consiguen dormir las horas que realmente necesitan? Especialmente, esta situación empeora entre semana, cuando solemos tener más responsabilidades y menos tiempo libre. ¿Verdad?

Durante la semana, especialemente de lunes a viernes, cuando no se consigue dormir las 7 u 8 horas que el individuo necesita para recuperarse, muchos tratan de “saldar la deuda con el sueño” y aprovechan para dormir más horas durante el fin de semana. Así pues, cuando llega la noche del viernes y sábado, el despertador “desaparece” y se alargan las horas de sueño hasta bien entrada la mañana del día siguiente. ¿Verdad? Muchos de los individuos creen que durmiendo más durante el fin de semana consiguen sentirse más descansados y renovados. No obstante, después de haber dormido más horas, ¿Te has sentido aún más cansado? Y, ¿Por qué nos sucede esto?. A continuación te contamos en detalle todo sobre esta curiosidad y algunas recomendaciones para evitarlo.

Cuando dormimos más horas de las que nuestro cuerpo y mente necesitan para reponer fuerzas, ocurre lo que los científicos suelen llamar la “embriaguez del sueño”. Este término es el que emplean para describir esa sensación de cansancio, dolor de cabeza, pesadez en las extremidades, ojos rojos, etc… Pero, ¿Por qué sucede esto? La explicación es la siguiente: el exceso de horas de sueño confunden al cerebro sobre nuestro ciclo diario al que estamos acostumbrados.

Como sabéis, todos disponemos de un “reloj interno” que se rige por el sistema circadiano, es decir, es un grupo de células situadas en el hipotálamo, que además del estado sueño vigilia de los individuos, controlan la sed, el hambre y el sudor. A su vez, el sistema circadiano se encarga de regular eficazmente la energía que gastamos durante el día a día y así conseguir que nuestro organismo pueda cumplir satisfactoriamente con todas las tareas que se le exige. Asi pues, cuando dormimos demasiado, nuestro organismo comienza a gastar energías pronto (como de costumbre) aunque sigamos sumidos en el sueño. Es decir, las células de nuestro cuerpo reciben la señal de que deben empezar a utilizar energía pero al mismo tiempo experimentarán estar dormidas, lo que las confunde y surge la sensación de cansancio.

Esto no quiere decir que no debas nunca dormir unas pocas horas más de las que necesitas durante uno o varios días, en ocasiones aisladas. Pues, si únicamente te levantas cansado unas pocas veces, no debes preocuparte en absoluto. Sin embargo, es conveniente que tengas en cuenta que si duermes más de 9 horas de forma muy seguida, puedes correr el riesgo de sufrir otros trastornos del sueño como narcolepsia o apnea del sueño. A su vez, también aumentan las posibilidades de sufrir enfermedades de salud como: diabetes, problemas del corazón y, problemas de alimentación como la obesidad. Otro punto importante a tener en cuenta es que muchos estudios han confirmado que dormir más horas de las necesarias puede conllevar problemas graves de memoria. Aquellos que tienen más riesgo de padecer este tipo de problemas de sueño son los que suelen trabajar de noche o los que se levantan muy temprano por la mañana. Así pues, intentan compensar la situación a la que se enfrentan durmiendo demasiado.

A continuación, te damos unos consejos que puedes poner en práctica para dormir bien cada noche y evitar sufrir las consecuencias de la falta de sueño, así como el cansancio por dormir más horas de las necesarias.

  1. Dispone del equipo de descanso más adecuado para garantizar el correcto descanso. Recuerda que cada durmiente es diferente y tiene unas necesidades distintas. Por ello, debes asegurarte de que tu equipo de descanso es el más adecuado para ti.
  2. Seguir un horario y rutina de sueño eficaz, que te permite descansar las horas que necesitas. Generalmente se recomienda descansar durante un período de 7 u 8 horas cada noche. Además, es recomendable que levantarte y acostarte siempre a la misma hora, incluso durante los fines de semana o las vacaciones.
  3. Cuida el dormitorio: debe estar ordenado, aireado, fresco y aislado de la máxima cantidad de luz y ruido posible.
  4. Evita las cenas copiosas y sustancias como el alcohol y el café y el tabaco, al menos, varias horas antes de dormir.
  5. Deja un lapso de inactividad de 20 minutos antes del sueño para preparar el cuerpo y la mente para dormir.

Esperamos que estos consejos os ayuden a descansar mejor cada noche. 

¿Por qué al dormir mucho nos levantamos más cansados?

Foto: Wavebreak Media/Thinkstock

Fuente: OjoCientífico

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En esta época del año, las altas temperaturas se convierten en las protagonistas de gran parte de las conversaciones y también en uno de los principales factores del aumento del insomnio. ¿Quién no ha pasado una noche en vela sin poder dormir durante el verano? Lo cierto es que buena parte de los durmientes sufren más problemas de sueño durante esta época del año. Para disminuir dichas dificultades a la hora de conciliar el sueño, os proponemos una serie de remedios a base de plantas medicinales que os pueden servir de gran ayuda.

Antes de ello queremos nombrar cuales son las principales causas de por qué en verano solemos dormir peor. Según el doctor Alberto Sacristán, especialista en medicina familiar y miembro de la junta directiva de Infito, con las altas temperaturas, nuestro cuerpo segrega menos niveles de melatonina, hormona responsable del sueño. De ahí que, en verano, tengamos mayores dificultades para conciliar el sueño. Especialmente en las zonas de mayor calor.

Para combatir el insomnio, el experto recomienda tomar ciertas plantas medicinales que pueden ayudarnos a relajarnos y conciliar el sueño de la forma más fácil. Veamos algunos ejemplos.

La Amapola de California, es una planta que ayuda a reducir el estrés y el nerviosismo gracias a que contiene eschscholtzia, que es un alcaloide con acción sedante. Así pues, esta planta ayuda a relajarse y conciliar el sueño de forma más fácil.

La Pasiflora es otra planta que, por sus propiedades, ayuda a prolongar las fases del sueño y, a su vez, permite que el durmiente no sufra los indeseados despertares durante la noche. Además tomar este tipo de tratamiento natural es totalmente recomendable porque no causa ningún tipo de dependencia.

La Valeriana también es un buen remedio para conseguir reducir la ansiedad y el nerviosismo que, generalmente, causa problemas graves para conciliar el sueño. Por sus propiedades, la valeriana permite relajarnos pero con el gran plus de que no produce somnolencia durante el día. Según Alberto Sacristán el principio activo que explica sus propiedades sedantes y ansiolíticas es el ácido valerénico que se encuentra en la misma raíz de la valeriana.

A la hora de tomar estos remedios medicinales, siempre es conveniente tener en cuenta la calidad de los mismos. Por ello, se recomienda adquirir estos productos en farmacias o herboristerías de confianza. Además de todo lo anterior, estas plantas presentan otra ventaja y es que no tienen ningún tipo de efectos secundarios como pueden tener los los somníferos y tranquilizantes de origen sintético. Así pues, la toma de estos remedios naturales se puede prolongar durante un buen período de tiempo sin preocuparse. Y, además, se puede suministrar también durante todo el verano.

 

Remedios naturales para dormir mejor

Foto: terapiasnaturales.com

Fuente: abc.es

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