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El blog de los sueños y el descanso

sombra

Desde que llegó el boom de internet y los smartphone, tenemos toda la información que deseamos (y mucha más) a nuestro alcance sin realizar ningún esfuerzo. Como con la gran mayoría de cosas, esta medida tiene sus pros y sus contras. Pues, aunque nos sea realmente fácil acceder a toda la información, la sobreinformación que recibimos puede afectar negativamente a nuestro cerebro. Y, ello puede también empeorar significativamente la cantidad y calidad de nuestro sueño y descanso nocturno. ¿Cómo? Te lo contamos:

La sobreinformación a la que estamos expuestos hoy en día, causa el conocido “síndrome de fatiga informativa". Este síndrome, como bien explican desde la Unidad de Alteraciones de Sueño del Instituto Dexeus de Barcelona, se utiliza para describir el efecto negativo que tiene la sobreinformación que recibimos sobre nuestro cerebro, provocando un fuerte aumento de los niveles de estrés. Y, ¿Qué lo provoca?

Como hemos comentado anteriormente, el síndrome de fatiga informativa lo provoca la gran cantidad de información a la que estamos expuestos en general. Y, como cabe esperar, los niveles de estrés y malestar aumentan considerablemente cuando la información que recibimos tiene carga negativa. Según el doctor Eduard Estivill, responsable de la Unidad de Alteraciones de Sueño del Instituto Dexeus de Barcelona, afirma que, la continua exposición a malas noticias por parte del espectador, incrementa el número de afectados por el síndrome de fatiga informativa. Pues aunque, como hemos comentado anteriormente la carga informativa es la principal causa, las noticias positivas siempre generan un sentimiento positivo y, lo más importante, un menor grado de tensión y ansiedad para el individuo.   

Obviamente, el "síndrome de fatiga informativa" nos afecta a todos, independientemente de la edad que tengamos. Como dice el doctor Estivill: "Afecta incluso a los niños y adolescentes, pues son estímulos externos que llegan a nuestro cerebro, causando un aumento de los niveles de tensión y confusión". Ese estado de tensión que podemos sufrir dificulta la relajación y la “desconexión” que el cerebro necesita para descansar y recuperarse. Por tanto, esta situación tiene su repercusión clara sobre la cantidad y la calidad de nuestro sueño y descanso nocturno. La relación que existe es la siguiente: a mayor estrés y/o tensión, mayor dificultad para conciliar el sueño y mantenerse dormido, en definitiva, menor calidad y cantidad de sueño. Los problemas de sueño y la falta de sueño consecuente se traduce en cansancio, dificultad para recordar las cosas, malestar generalizado, irritabilidad, somnolencia excesiva diurna, entre otros.

Para evitarlo, expertos como el doctor Estivill recomienda tratar de filtrar la información que se percibe, sobre todo en el caso de los más pequeños. Aunque con el auge de las redes sociales resulta realmente complicado hacerlo. Por ello, se aconseja apagar por completo los aparatos electrónicos modernos (ordenadores, ipads, tablets, smartphone, etc…) varias horas antes de dormir. Con el fin de lograr “desconectar”, aliviar tensiones y relajarse adecuadamente para obtener un sueño totalmente reparador.

Insomnio por fatiga informativa

Fuente: rpp.com.pe

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Cómo sabéis, el descanso, y sobre todo el sueño reparador, es fundamental para conseguir mantenerse sanos y energéticos. Pero no es la única razón, pues dormir bien también nos ayuda a mostrar nuestro mejor yo. Y es que, ¿Cuántas veces has notado que, tras una noche de insomnio, te ves menos atractivo y tienes peor humor? Y, por el contrario, tras haber disfrutado de un sueño totalmente reparador, te sientes más energético, feliz y también más guapo, ¿Verdad? Todo ello nos ayuda a comprender la importancia que tiene el descanso para sentirnos mejor, tanto por dentro como por fuera. Pero, ¿Por qué tenemos mala cara cuando no hemos dormido bien? A continuación te contamos en detalle por qué nos sucede esto.   

Según un estudio reciente, que ha sido publicado en la revista Sleep, se ha confirmado que cuando no se descansa lo suficiente, consecuentemente los ojos se hinchan y se ponen algo rojos. Y, a su vez, los párpados caen ligeramente y aparecen más arrugas. Otros estudios sobre la materia desvelaron que, cuando se duerme la cantidad de horas que el cuerpo necesita Asimismo, otros estudios han revelado que durmiendo las horas que el cuerpo y la mente requieren para recuperarse, nuestro aspecto mejora, parecemos considerablemente más sanos y atractivos en comparación con aquellos que han sufrido una noche de insomnio.

Pero, ¿Cuál es la razón para que el sueño afecte a nuestro aspecto? Como hemos comentado antes, cuando no se duerme bien, los ojos y los párpados se hinchan notablemente. La explicación puede estar relacionada con la retención de líquidos y que la piel del párpado es la más fina de todo nuestro cuerpo, según el doctor Sherrif F. Ibrahim, profesor en el Departamento de Dermatología del Centro Médico de la Universidad de Rochester.

Tal y como explica el F. Ibrahim, cualquier cambio en la hidratación, influye directamente en los párpados, por ser la piel más fina del cuerpo. Concretamente, la deshidratación puede provocar que los ojos se hundan más de lo normal. Y, por el contrario, el exceso de sales hace que retengamos más líquidos y, consecuentemente, la piel se hincha. En esto último, los alimentos que tomamos para cenar son determinantes, pues pueden hacer que retengamos más líquidos.

No obstante, según F. Ibrahim, de momento, todavía no se está completamente claro cómo afecta el sueño a la retención de líquidos. Sin embargo, según explica, puede estar relacionado con las razones por los que una persona se queda despierta hasta bien entrada la madrugada: salir de fiesta, beber, trabajar, etc…, lo que puede provocar un cierto hinchazón de ojos.

Otra consecuencia de no dormir bien son la aparición de las antiestéticas ojeras. Según el profesor Ibrahim, una de las posibles causas es que, cuando se está deshidratado, los vasos sanguíneos de la piel se notan aún más bajo de la piel. Y, ello se agrava con el paso del tiempo y con el hecho de no descansar bien cada noche.

En definitiva, para presumir no hay que sufrir, ¡Sino dormir bien!.

Mala cara tras noche de insomnio

Fuente: Huffingtonpost

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El ritmo de vida propio del siglo XXI, la presión laboral y las dificultades económicas son los principales desencadenantes de los altos niveles de estrés y ansiedad que sufre parte de la sociedad actual. Especialmente durante los meses de verano, hay personas que sufren más problemas de estrés al llegar las vacaciones e incluso sienten un cierto miedo a abandonar su puesto de trabajo. Estos síntomas son los que describen el llamado “Síndrome ejecutivo”.  

El conocido ‘síndrome del ejecutivo’, se caracteriza porque las personas que lo sufren empiezan a padecer altos niveles de estrés cuando se aproxima la época de vacaciones y el hecho de tener que abandonar su empresa por un tiempo, les aterroriza. Los individuos que lo tienen, cuando están de vacaciones buscan actividades estresantes con el fin de sentirse productivos y creen que así podrán canalizar toda la ansiedad que sufren. Generalmente, estas personas son muy exigentes consigo mismo, siempre tienden a superarse y, cuando están con familiares y amigos, suelen presumir sobre su profesión, éxitos y el salario que obtienen.

Al llegar las vacaciones, las personas que sufren el ‘síndrome del ejecutivo’ no se sienten cómodos al tener que abandonar su puesto de trabajo porque, generalmente, les produce malestar el hecho de sentirse sustituibles. Además no les gusta delegar en otras personas, ya sea por falta de confianza o por el hecho de no ser imprescindible, entre otros. Otra característica común de las personas que sufren el ‘síndrome del ejecutivo’ es que, durante las vacaciones, no pueden evitar el comprobar cómo sigue funcionando la empresa, que es lo que está pasando en todo momento y siguen enganchados al teléfono móvil, los emails, etc.. Como cabe de esperar, esos altos niveles de estrés impiden que el trabajador pueda descansar, desconectar y reponer fuerzas. El cansancio y la falta de sueño acumulada, aumentan la presión, el estrés y empeoran la calidad de vida del individuo. Os recomendamos un artículo que habla sobre ello en profundidad: Presión laboral, problemas para dormir y viceversa.

Ante esta situación, los expertos en la materia recomiendan que los trabajadores que sufren estos niveles de estrés, se tomen en serio el hecho de desconectar del trabajo, en la medida de lo máximo posible. Para ello, se les aconseja que se cojan unos 14 días seguidos como mínimo de vacaciones para desconectar de su trabajo, descansar y reducir los niveles de estrés. A su vez, se recomienda que dediquen tiempo todos los días a realizar ejercicios físicos y mentales de desconexión como por ejemplo yoga, pilates, etc… Para que la desconexión sea más efectiva, se deben cambiar la rutina y ciertas costumbres que han adquirido con el paso del tiempo. Un buen comienzo es apagar el móvil durante varias horas al día, olvidarse de revisar la bandeja de entrada de los emails y mantenerse al margen de las redes sociales durante gran parte del día. A cambio se recomienda leer un libro, pasear, ir a la playa, realizar deporte y tomarse en serio el descanso. Para cumplir con esto último, se debe respetar un horario fijo para levantarse y acostarse cada día, que cumplan las 8 horas de sueño todas las noches y realizar una pequeña siesta siempre después de comer, durante 15 o 30 minutos. Para poder dormir bien por las noches y recuperarse, se recomienda evitar las comidas y cenas copiosas, olvidarse de consumir cafeína, alcohol y tabaco varias horas antes de dormir y apagar el smartphone un buen rato antes de irse a la cama.

El profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo, Fernando Miralles, considera muy importante la necesidad de "trabajar dos niveles, el personal y el empresarial". Para ello, deben seguirse al pie de la letra las pautas y recomendaciones descritas anteriormente. Sin embargo, para que todo funcione es necesario que el trabajador sea consciente de que la situación no es sostenible y que precisa un cambio. A su vez, con el fin de disminuir el absentismo laboral en España, el psicólogo Miralles propone una medida que deben servir para las empresas: impartir cursos contra el estrés y la ansiedad, con el propósito de obtener mejores relaciones y un ambiente laboral más adecuado. Por último, Miralles recuerda la necesidad de que los propios empresarios eviten a toda costa que el trabajador que está de vacaciones no pueda seguir trabajando desde casa para que consiga desconectar y descansar eficazmente. Así, podrá recuperarse y ser más productivo al reincorporarse al trabajo.

El descanso es clave para combatir el síndrome del ejecutivo

Fuente: lainformacion.com

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Cuando el descanso no es el adecuado, no sólo se resiente el cuerpo y el estado de ánimo de la persona, sino que la memoria también se ve afectada negativamente. Todo aquel que ha sufrido las consecuencias de una sola noche de insomnio sabe bien a lo que nos referimos: cansancio generalizado, sensación de pesadez, mal humor, más sensibilidad y problemas para concentrarse y recordar las cosas, ¿Verdad?.

Pero ahí no acaba todo, según un reciente estudio realizado por la Universidad de California, se ha descubierto que la falta de sueño propicia el hecho de recordar detalles falsos o irreales. Los resultados, publicados en la revista Psychological Science, han confirmado que aquellos durmientes que no disfrutan de un sueño reparador durante las noches, son más propensos a recordar cosas que no son del todo ciertas. Es decir, que incluyen algunos detalles falsos que realmente no ocurrieron así. El estudio se realizó con 104 universitarios a los que se les enseñaban una serie de imágenes variadas con el fin de comprobar que es lo que recordaban tras sufrir falta de sueño.

Para obtener los resultados, los investigadores formaron cuatro grupos distintos con los participantes para poder comprobar el efecto del sueño en su memoria a corto plazo. Para comenzar con el estudio, les mostraron a dos de los cuatro grupos una serie de imágenes sobre una escena de un crimen. Y, a uno de esos dos grupos primero se les permitió que descansaran y al otro se le hizo trasnochar. A los otros grupos restantes se les hizo lo mismo pero cambiando el orden, es decir, primero uno descansaba y el otro no y luego se les enseñaban las mismas imágenes. Y, ¿Cuáles fueron los resultados? Como podréis imaginar, los investigadores descubrieron que aquellos individuos que habían sido privados de sueño, eran mucho más propensos a describir detalles falsos de las imágenes que aquellos que habían descansado bien. Esta conclusión podría tener implicaciones graves  "para la fiabilidad de los testigos que hayan experimentado largos períodos restrictivos de sueño", explica el científico Steven J. Frenda, uno de los encargados de esta investigación.

Según los expertos en la materia, para poder gozar de una buena salud y evitar sufrir los problemas derivados de la falta de sueño, se necesita dormir durante un período de 7 u 8 horas cada noche. A su vez, los investigadores del estudio al que nos referimos, han descubierto que dormir cinco horas o menos favorece el hecho de tener falsos recuerdos.

Además, otros estudios han relacionado la falta de sueño con problemas de obesidad, hipertensión, dolores varios y, a largo plazo, posibilidad de desarrollo de Alzheimer, entre otros.  

Como véis, dormir bien y dedicarle el tiempo necesario al descanso es fundamental para gozar de una buena salud y mejor estado de ánimo. Y, una buena forma de conseguirlo, es siguiendo una rutina de sueño eficaz cada noche. Si deseas saber cómo hay que hacerlo, te recomendamos el artículo: Conseguir una buena higiene del sueño, según Estivill.

Falta de sueño hace recordar detalles erróneos

Fuente: 20minutos.es

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Son muchas las personas que tienen la duda sobre si dormir después de comer nos hace engordar más de lo que deberíamos. Algunos dicen que sí, otros por el contrario, que no tiene nada que ver. Entonces, ¿Engordamos más si dormimos la siesta después de comer? O, ¿En qué medida es esto cierto? A continuación contestamos a todas las cuestiones sobre ello.

Los tres pilares para mantenerse en forma y llevar a cabo un estilo de vida saludable son los siguientes: dormir bien, alimentación sana y actividad física regular. El descanso, y sobre todo el sueño reparador, permite que nuestro cuerpo y mente se recuperen y mantengan el equilibrio deseado. La alimentación sana, por su parte, nos aporta todos los nutrientes necesarios y favorece el hecho de sentirse mejor, por dentro y por fuera. Y el tercer pilar, pero no por ello menos importante: el deporte que, practicado de forma regular, permite mantenerse sano, entre otros. Llevando a cabo una buena rutina de sueño, alimentándose adecuadamente y realizando actividad física de forma regular podremos presumir de un llevar un estilo de vida saludable, de un cuerpo idílico y, sobre todo, de obtener todos los beneficios derivados de ello, tanto físicos como mentales. Además, de esta manera se consigue ver la vida de forma más positiva y energética.    

Para evitar almacenar esos “kilos de más” lo ideal es llevar a cabo las pautas de una vida saludable, anteriormente descrita. Pues la clave para no engordar está en la diferencia entre la cantidad de calorías obtenidas mediante los alimentos que ingerimos y las que gastamos a lo largo del día. Claro está que, cuando el aporte energético es superior al consumo que hacemos, el exceso se convierte en grasa que acaba por acumularse y, por tanto, engordamos.

Y, volviendo a la pregunta principal: ¿Engorda dormir después de comer? Obviamente, hacer ejercicio moderado, dar un paseo o algo similar, tras haber tomado un buen festín, ayuda a hacer una mejor digestión y, por supuesto, mantener el peso ideal. No obstante, en el caso de aquellas personas que no suelen hacer ejercicio y llevan una vida más sedentaria, dormir la siesta después de comer reduce las posibilidades de quemar calorías. Aunque hay que tener en cuenta que el hecho de dormir en sí mismo no es la causa del aumento de peso.

Por otro lado, relacionado con lo anterior, cabe destacar que existe una relación directa entre el sueño y nuestros hábitos alimenticios que, a su vez, condicionan nuestro físico. Numerosos estudios han demostrado que los durmientes que sufren algún tipo de trastorno del sueño, son más propensos a sufrir cambios hormonales y tienen mayores posibilidades de aumentar de peso. Concretamente, se ha podido confirmar que cuando no se descansa las horas de sueño necesarias, la falta de sueño nos hace más propensos a comer peor y en mayor cantidad. En estos casos se suele recomendar que, tras una noche de insomnio, se evite ir al supermercado a hacer la compra del mes. Pues probablemente acabemos comprando alimentos menos sanos y más grasos. Os recomendamos la lectura del artículo Dormir mal sinónimo de comer mal para todos aquellos que deseen profundizar más en este tema en concreto. 

Además de lo anterior, la falta de sueño tiene otras repercusiones sobre nuestra alimentación. Es común que, tras haber dormido mal, tengamos una sensación de estar hambriento constantemente durante el día siguiente. Así pues, por mucho que se almuerce, desayune y se coma al mediodía, seguramente queramos picar algo más entre horas. Todo ello es consecuencia del desequilibrio consecuente de no haber dormido bien durante la noche anterior.

Por ello, os recordamos la importancia del descanso para mantenerse sanos y saludables.   

¿Engorda dormir después de comer?

Foto: buenasalud.net

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