A medida que un feto va creciendo en el vientre materno, va experimentando cada vez mayores emociones: felicidad, tristeza, sensibilidad, afecto... 

Neurocientíficos como el alemán Friedrich Schiller de Jena y el matemático Karin Schwab han realizado diversos estudios para averiguar si los fetos son capaces de soñar. A partir del estudio de la actividad del cerebro de una oveja de 106 días de gestación se ha podido comprobar que efectivamente los fetos sueñan durante su gestación. Lo más curioso es que lo hacen antes de que se desarrolle el movimiento ocular rápido (REM), que es la fase en la que tienen lugar los sueños.

Se sabe que es a partir de la semana 28 de gestación cuando el feto empieza a experimentar las diferentes fases del sueño, y ya en la semana 30 tiene un sueño mucho más activo, alternando sueño agitado con sueño relajado, con rápidos movimientos de los ojos bajo sus párpados e incluso con mucha gesticulación.

Estas curiosidades nos hacen plantearnos una nueva pregunta: ¿con qué sueñan los fetos si no pueden basar sus sueños en sus experiencias o vivencias?