Cada noche cuando nos acostamos se producen una serie de cambios en el organismo de nuestro cuerpo y unas actividades que nos permiten mantener un equilibrio físico y mental necesario.
Gracias a los estudios realizados se han detectado varias fases durante el sueño que forman ciclos: una fase de ondas largas o lentas, llamada sueño NO REM y otra de sueño paradójico, llamada REM. Durante la noche podemos tener entre cuatro y seis ciclos y suelen durar unos 90 o 100 minutos. Además en cada fase o ciclo se dan distintos parámetros de frecuencia cardíaca, ritmo respiratorio y conductancia eléctrica de la piel.
¿Cuáles son las fases del sueño?
Existen 5 fases: las cuatro primeras componen la parte NO REM del sueño y la última es la fase REM.
Fase I: Sueño ligero o adormecimiento: es el paso de la vigilia al sueño, dura unos 10 minutos y se pueden dar pequeñas alucinaciones en la entrada y salida de la misma. En esta fase también se dan movimientos oculares lentos.
Fase II: Sueño ligeramente reparador que suele ocupar el 50% del tiempo de sueño del durmiente. Aquí el ritmo cardíaco y respiratorio disminuyen y sufrimos variaciones de estados de calma y actividad lo cual nos hace más difícil el despertar en esta fase. Es muy común sentir que nos desinhibimos de la realidad durante este sueño y muchos lo manifiestan soñando con la popular caída al vacío, tropiezo con algún objeto, etc.. que hace que nuestro cuerpo reaccione moviéndose de forma rápida y brusca en la mayoría de las ocasiones.
Fase III: es el paso hacia el sueño más profundo. Suele tener una duración máxima de 2 a 3 minutos. Si el durmiente despierta en esta fase puede sentirse realmente confundido y aturdido.
Fase IV: Sueño profundo o DELTA. En esta fase disminuye en ritmo cardíaco y también el respiratorio y la actividad cerebral. Suele durar unos 20 minutos y no se es común que se produzcan sueños. La fase IV es la responsable de tener un sueño reparador y relajante o por el contrario malo, teniendo alteraciones como el sonambulismo.
Fase REM: Sueño paradójico. Las características principales de esta fase son: gran actividad cerebral, inmovilidad total del durmiente y movimientos oculares muy rápidos. Aquí se dan los sueños que luego normalmente recordamos así como también las pesadillas. Suele ocupar el 25% total del sueño de los adultos.