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El blog de los sueños y el descanso

sombra

Todos hemos sufrido una noche terrible en la que nos ha resultado imposible conciliar el sueño. El calor, los ronquidos, ruidos, dolencias, problemas, estrés, etc… son algunos de los principales factores que pueden causarnos graves problemas de insomnio. Así pues, todo aquel que ha pasado una noche sin pegar ojo sabe bien lo que es sufrir las consecuencias de la falta de sueño: cansancio, somnolencia diurna, falta de concentración, irritabilidad, malestar generalizado, etc… Y lógicamente, si el problema continúa en el tiempo, las consecuencias resultan mucho más graves.

Como acabamos de comentar, tras una noche de insomnio, solemos sentimos más cansados de lo normal, con bastante menos energía y con una desagradable sensación de pesadez continúa ¿Verdad?. Obviamente, todo ello hace que nuestro día siguiente parezca mucho más largo y duro de lo que realmente es. En el trabajo resulta más complicado concentrarse y cumplir con las exigencias laborales, que generalmente se alcanzan sin mucha dificultad. A su vez, las tareas propias del hogar parece que se multipliquen y que cuesten mucho más de hacer. Y, ante esta situación, ¿Qué podemos hacer?

Existen varias cosas que podemos realizar para tratar de paliar los efectos de la falta de sueño, tras una noche de insomnio. Una de las medidas más populares entre los individuos es beber más café de lo que se suele ingerir normalmente. Lo cierto es que la cafeína ayuda a despejarse y reactivar el organismo. Sin embargo, la toma excesiva de esta sustancia puede resultar contraproducente.

Según una investigación reciente realizada por psicólogos del Colorado College, se ha confirmado que existe una solución más saludable que la toma descontrolada de cafeína u otras bebidas energéticas. Se trata del efecto placebo. El estudio mostró que al alterar lo que la persona piensa sobre su sueño, puede tener efectos significativos en su agilidad y concentración mental. Es decir, si tras una noche de insomnio, se logra conseguir que el individuo piense que ha dormido bien, su funcionamiento cognitivo no se tanto resiente con la privación de sueño.

Para obtener estos resultados, los investigadores pidieron a los individuos que participaron en el estudio que reportaran como había sido su sueño la noche anterior. Después, se les asignó una puntuación que medía la calidad de su sueño, de forma totalmente aleatoria. Seguidamente, se les sometió a una medición en un aparato (también placebo), que supuestamente medía la calidad del sueño. Los participantes, tras recibir su puntaje, completaron un examen (PASAT por sus siglas en inglés) para determinar cómo era su respuesta cognitiva. Los resultados fueron los siguientes: aquellos que creían haber dormido bien obtuvieron un resultado del 70% de aciertos en el test; los que creían haber dormido mal, un 44%. De esta manera, los investigadores pudieron demostrar que al manipular la percepción de la calidad del sueño, su respuesta cognitiva cambiaba.

Obviamente, esta técnica no siempre es eficaz. Cuando el insomnio es muy severo, difícilmente se podrá convencer al individuo de que ha dormido bien. No obstante, en casos en los que no se sabe exactamente si se han dormido bien 4, 5 o 6 horas durante la noche, esta técnica de auto convencernos de que hemos descanso adecuadamente, puede resultar exitosa.

 

Truco para que la falta de sueño no te afecte

Fuente: Scientificamenrican.com

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En esta época del año, además de ver las playas abarrotadas de gente, es muy común ver algunos sufriendo un buen resfriado. ¿Verdad? Pues el cambio de temperaturas de un lugar a otro y el aire acondicionado a toda paleta, entre otros, provocan que muchos acaben por resfriarse o con la garganta algo resentida.

De esta manera, si al problema del exceso de calor por las altas temperaturas le sumamos las molestias derivadas de estar resfriados, conseguir dormir durante la noche puede resultar toda una pesadilla. Especialmente cuando la tos es continua y la congestión nasal fuerte.

Como sabéis, dormir es una necesidad vital y si no descansamos bien, nuestro cuerpo y mente se resienten considerablemente. A su vez, se ha demostrado científicamente que, cuando estamos resfriados y no dormimos bien, tardamos considerablemente más tiempo en recuperarnos. Pues, el descanso permite que el sistema inmune se refuerce y podamos superar antes la infección. Por tanto, nos encontramos ante un claro ejemplo de pez que se muerde la cola: nos resfriamos y no podemos dormir bien, y al no dormir enfermamos y nos cuesta más recuperarnos. A continuación te exponemos una serie de consejos que te ayudaran a superar con éxito el reto de dormir bien y durante toda la noche mientras estás resfriado.

Para acabar con la congestión nasal y poder respirar tranquilamente durante el sueño, es recomendable que, antes de irte a dormir, dediques un cierto tiempo a inhalar vahos. El truco favorece el hecho de despejar las fosas nasales y ayuda a obtener un mejor descanso. Para ello, únicamente debes hervir agua y añadir un poco de eucalipto. Otra recomendación útil que puedes poner en práctica para respirar mejor durante el sueño es dormir semi incorporado, es decir, con la espalda algo más elevada que el resto del cuerpo. Para conseguirlo, basta con colocar una serie de cojines extra junto a tu almohada habitual. De esta manera te resultará más fácil respirar que si te encuentras tumbado como de costumbre.

Otro truco que funciona muy bien para el mismo propósito es realizar lavados nasales con agua y sal. Para ello añadiremos un poco de sal en un cuenco con agua tibia y lo tiramos poco a poco dentro de la nariz y lo expulsamos por la boca. Del mismo modo, puedes utilizar suero fisiológico o  agua marina de las farmacias.

El dormitorio donde duermes cada noche también influye en la calidad del sueño. Especialmente cuando estamos resfriados, hay que prestarle mayor atención a la temperatura y la humedad que exista en el ambiente. Vayamos por partes, para obtener el ambiente óptimo para el descanso debemos procurar que la temperatura sea de unos 20 grados aproximadamente, para que no tengamos excesivo calor ni mucho frío. Y, para regular la humedad puede resultar bastante útil colocar un humidificador en el dormitorio, que hidrate las vías respiratorias y ayude a evitar los picores en la garganta y obstrucción nasal.

Como sabéis, uno de los síntomas más característicos de estar enfermos es la tos persistente que se vuelve más intensa durante la noche. Para acabar con ello existe un remedio popular algo curioso: colocar una media cebolla partida en la mesita de noche. Son muchos los que lo han probado y aseguran que funciona.

Antes de dormir, se recomienda tomar un baño o ducha de agua tibia para tratar de relajarnos y dormir mejor. También va bien prepararse un vaso con leche calentita y beberla antes de dormir.  Si no te gusta la leche, existe un remedio casero que funciona muy bien en estos casos para aliviar el dolor de garganta y la tos: calentar un poco de miel y limón y beberlo a cucharadas.

Por último, te aconsejamos que para cenar, tomes alimentos blandos como por ejemplo, una sopa de pollo y/o verduras, pues además de ser ligero, hidrata la mucosa de la garganta y ofrece buenos resultados antiinflamatorios y reduce la tos.

Por supuesto, recuerda que para recuperarte lo antes posible, también es recomendable que consultes con tu médico y, sobre todo, que descanses y reposes mucho. Pues, os recordamos que el descanso adecuado es mejor aliado para recuperarse y sentirse mejor, por dentro y por fuera. 

 

Consejos para dormir cuando estamos resfriados

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Existe un refrán que dice: "el melón, por la mañana, oro; por la tarde, plata, y por la noche, mata". Visto así, parece ser que tomar melón por la noche resulta totalmente contraproducente, ¿Verdad? Pero, ¿Es cierta esta afirmación? A continuación lo descubrimos.

El melón es una fruta muy saludable que contiene una gran cantidad de vitaminas, fibra y minerales. Su historia se remonta a la época 2400 a. C., cuando los egipcios empezaron a cultivarlo. Más tarde el Cucumis melo llegó a Europa a través de África y Asia. Y, en el siglo XV se convirtió en un alimento muy popular en España.

Este tipo de fruta está formada por un 90% de agua, por lo que resulta muy eficaz a la hora de saciar la sed. Además, esta fruta presume de tener un bajo aporte calórico y de azúcares, concretamente sólo tiene 25 calorías cada 100 gramos y un 6% de azúcar. De forma más detallada, una rodaja de melón de 100 gramos tiene 13 gr de carbohidratos, 1 gr de fibra, muchos minerales, vitaminas A y C, y nada de grasa ni colesterol. Como podemos ver, este alimento puede presumir de ser completamente sano e ideal para mantener la línea.

El verano es la época perfecta para tomar melón a todas horas, pues ayuda a refrescarse, saciar la sed y a mantenerse sano. Pero, como dice el refrán, ¿Es malo tomarlo después de cenar? O, ¿Como cena?. Según afirma Natalia Ubeda, profesora de nutrición de la Universidad San Pablo-CEU, el dicho “carece de base científica”. Pues, tal y como hemos visto anteriormente, el melón está formado casi al 100% por agua y no dispone de ningún elemento que lo convierta en un alimento más indigesto que otras frutas.

Generalmente, se suele tomar fruta como postre después de las comidas. Y, este hecho puede favorecer el que, en ocasiones, su ingesta resulte algo pesada. No obstante, si tomamos melón después de una cena (o comida) copiosa, los problemas digestivos debemos atribuírselos a la cena, no a la fruta.

Entonces, ¿Por qué se le teme al melón? Según la especialista en nutrición, Natalia Ubeda, existen algunos aspectos que pueden influir ligeramente en la asimilación del melón (u otras frutas) durante la noche, especialmente si se toma demasiado frío. Pues puede producir un choque térmico en el organismo.

Además, frutas como el melón y la sandía, que son sobre todo agua, cuando se toman en exceso de una sola toma pueden diluir el ácido del estómago y dificultar la digestión. No obstante, deberían de tomarse grandes cantidades de fruta. A su vez, podría aumentar la necesidad de ir al baño durante la noche y obligar al durmiente a sufrir despertares indeseados que rompan los ciclos normales del sueño.

Otra posible justificación del refrán anterior es que el melón fermenta muy rápidamente en el estómago, y ello puede ocasionar ciertos problemas digestivos si se toma poco antes de dormir.

Estos son los únicos inconvenientes de tomar melón antes de dormir. Sin embargo, cabe destacar que un alimento formado con 90% de agua es realmente complicado que constituya una fuerte amenaza para la salud. A si pues, si te gusta tomar melón, puedes comerlo antes de dormir sin preocuparte, siempre y cuando no te excedas con la cantidad.

¡Dulces sueños!

 

Tomar melón antes de dormir

Fuente: biolandia.es

 

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¿Qué es la felicidad? Estamos de acuerdo en que es aquello que todos queremos conseguir. Algo que parece fácil de definir y que todos parecen conocen pero que, en realidad, es algo que cuesta mucho de obtener. ¿Verdad? Desde mucho tiempo atrás, la comunidad científica está realizando numerosos estudios para descubrir qué prácticas nos pueden ayudar a sufrir menos durante nuestro día a día y ser más felices. Naturalmente podemos encontrar numerosas respuestas, tan variadas como podáis imaginar. No obstante, existe una serie de prácticas que se repiten con mayor frecuencia entre las personas que consiguen ser más felices. Y, una de ellas es el hecho de dormir bien.

Y, ¿Cómo nos ayuda dormir bien a ser más felices? El descanso, y especialmente el sueño reparador, es fundamental para que tanto nuestro cuerpo como nuestra mente, se recuperen del desgaste que sufrimos día a día. Vamos por partes, durante el sueño, el cerebro aprovecha para “eliminar la basura” y restaurarse, lo que tiene un efecto muy positivo en nuestro estado de ánimo y salud mental. Y, a su vez, el sueño ayuda a que el cuerpo se destense y se relaje, gracias a lo que podemos disfrutar de sufrir menos molestias musculares y dolores variados.

La falta de sueño tiene, desde la primera noche de insomnio, consecuencias negativas en nuestro estado de ánimo y forma de percibir las cosas. A su vez, incrementa las posibilidades de sufrir dolores de cabeza y malestar generalizado durante todo el día siguiente y empeorar la situación si el problema continúa.

Después de todo lo anterior, es más fácil comprender la gran influencia que tiene el sueño en la forma en la que nos sentimos durante el día a día.. No obstante, hay más. Según confirman los científicos Po Bronson y Ashley Merryman en su libro NurtureShock, dormir tiene efectos muy positivos en nuestra alegría. Para explicarlo aluden al hecho de que los estímulos negativos se procesan en la amígdala y los positivos y los neutrales en el hipocampo. Por tanto, cuando no dormimos bien y sufrimos falta de sueño, el hipocampo se ve más afectado y tendemos a recordar con intensidad los eventos negativos y a olvidar los positivos. Obviamente, esta afirmación está respaldada mediante estudios e investigaciones científicas. Por ejemplo, en uno de los estudios se analizaron las palabras que recordaban una serie de voluntarios que sufrían falta de sueño. Así descubrieron que los individuos solían recordar el 81% de las palabras negativas y únicamente el 31% de las positivas y neutras.

A su vez, cabe destacar que el humor con el que afrontamos las primeras horas del día es capaz de condicionar el resto de la jornada, por lo que claramente, es muy importante dormir bien. Cuando hemos podido disfrutar de un sueño totalmente reparador, nos levantamos con energía, de buen humor y sintiéndonos bien, por fuera y por dentro. Mientras que, tras una única noche de insomnio, el panorama se vuelve mucho más gris: malestar, sensación de cansancio, cambios de humor, mayor sensibilidad, somnolencia excesiva, falta de concentración, entre muchos otros. De ahí que sea más fácil conseguir ser un poquito más felices cuando dormimos bien.

No obstante, para el mismo fin, los expertos recomiendan llevar a cabo una serie de prácticas adicionales a la anterior. Toma nota:

  1. Sonríe a menudo.
  2. Haz ejercicio físico diario, aunque sea únicamente durante siete minutos cada día.
  3. Reactiva tu vida social, trata de pasar más tiempo con la familia y amigos.
  4. Empápate de aire libre y luz solar.
  5. Medita.
  6. Ayuda a los demás.
  7. Vive lo más cerca posible del trabajo.
  8. Practica la gratitud.

Según los expertos, la práctica total de estas pautas puede ayudarnos a ser un poco más felices cada día.

 

Dormir bien es clave para ser más felices

Fuente: elconfidencial.com

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Estrés, trabajo, tareas del hogar, familia y el ritmo propio del siglo en el que vivimos, provocan una cierta reducción del tiempo de sueño y calidad del mismo. ¿Cuántos consiguen dormir las horas que realmente necesitan? Especialmente, esta situación empeora entre semana, cuando solemos tener más responsabilidades y menos tiempo libre. ¿Verdad?

Durante la semana, especialemente de lunes a viernes, cuando no se consigue dormir las 7 u 8 horas que el individuo necesita para recuperarse, muchos tratan de “saldar la deuda con el sueño” y aprovechan para dormir más horas durante el fin de semana. Así pues, cuando llega la noche del viernes y sábado, el despertador “desaparece” y se alargan las horas de sueño hasta bien entrada la mañana del día siguiente. ¿Verdad? Muchos de los individuos creen que durmiendo más durante el fin de semana consiguen sentirse más descansados y renovados. No obstante, después de haber dormido más horas, ¿Te has sentido aún más cansado? Y, ¿Por qué nos sucede esto?. A continuación te contamos en detalle todo sobre esta curiosidad y algunas recomendaciones para evitarlo.

Cuando dormimos más horas de las que nuestro cuerpo y mente necesitan para reponer fuerzas, ocurre lo que los científicos suelen llamar la “embriaguez del sueño”. Este término es el que emplean para describir esa sensación de cansancio, dolor de cabeza, pesadez en las extremidades, ojos rojos, etc… Pero, ¿Por qué sucede esto? La explicación es la siguiente: el exceso de horas de sueño confunden al cerebro sobre nuestro ciclo diario al que estamos acostumbrados.

Como sabéis, todos disponemos de un “reloj interno” que se rige por el sistema circadiano, es decir, es un grupo de células situadas en el hipotálamo, que además del estado sueño vigilia de los individuos, controlan la sed, el hambre y el sudor. A su vez, el sistema circadiano se encarga de regular eficazmente la energía que gastamos durante el día a día y así conseguir que nuestro organismo pueda cumplir satisfactoriamente con todas las tareas que se le exige. Asi pues, cuando dormimos demasiado, nuestro organismo comienza a gastar energías pronto (como de costumbre) aunque sigamos sumidos en el sueño. Es decir, las células de nuestro cuerpo reciben la señal de que deben empezar a utilizar energía pero al mismo tiempo experimentarán estar dormidas, lo que las confunde y surge la sensación de cansancio.

Esto no quiere decir que no debas nunca dormir unas pocas horas más de las que necesitas durante uno o varios días, en ocasiones aisladas. Pues, si únicamente te levantas cansado unas pocas veces, no debes preocuparte en absoluto. Sin embargo, es conveniente que tengas en cuenta que si duermes más de 9 horas de forma muy seguida, puedes correr el riesgo de sufrir otros trastornos del sueño como narcolepsia o apnea del sueño. A su vez, también aumentan las posibilidades de sufrir enfermedades de salud como: diabetes, problemas del corazón y, problemas de alimentación como la obesidad. Otro punto importante a tener en cuenta es que muchos estudios han confirmado que dormir más horas de las necesarias puede conllevar problemas graves de memoria. Aquellos que tienen más riesgo de padecer este tipo de problemas de sueño son los que suelen trabajar de noche o los que se levantan muy temprano por la mañana. Así pues, intentan compensar la situación a la que se enfrentan durmiendo demasiado.

A continuación, te damos unos consejos que puedes poner en práctica para dormir bien cada noche y evitar sufrir las consecuencias de la falta de sueño, así como el cansancio por dormir más horas de las necesarias.

  1. Dispone del equipo de descanso más adecuado para garantizar el correcto descanso. Recuerda que cada durmiente es diferente y tiene unas necesidades distintas. Por ello, debes asegurarte de que tu equipo de descanso es el más adecuado para ti.
  2. Seguir un horario y rutina de sueño eficaz, que te permite descansar las horas que necesitas. Generalmente se recomienda descansar durante un período de 7 u 8 horas cada noche. Además, es recomendable que levantarte y acostarte siempre a la misma hora, incluso durante los fines de semana o las vacaciones.
  3. Cuida el dormitorio: debe estar ordenado, aireado, fresco y aislado de la máxima cantidad de luz y ruido posible.
  4. Evita las cenas copiosas y sustancias como el alcohol y el café y el tabaco, al menos, varias horas antes de dormir.
  5. Deja un lapso de inactividad de 20 minutos antes del sueño para preparar el cuerpo y la mente para dormir.

Esperamos que estos consejos os ayuden a descansar mejor cada noche. 

¿Por qué al dormir mucho nos levantamos más cansados?

Foto: Wavebreak Media/Thinkstock

Fuente: OjoCientífico

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